DESAFÍO DEL AMOR DÍA 30 EL AMOR TRAE
UNIDAD
Padre santo, guárdalos en tu nombre,
el nombre que me has dado, para que sean uno, así como nosotros. (Juan 17:11)
Algo
asombroso de la Biblia es la manera en la que está unida, con temas coherentes
en todo su contenido, desde principio a fin. Aunque se escribió en un período
de 1600 años y fue compuesta por más de 40 escritores de distintos trasfondos y
con distintos niveles de habilidad, Dios la inspiró en forma soberana con una
voz unida y hoy sigue hablando a través de ella sin salirse del mensaje. Unidad. Unión. Homogeneidad. Son los
distintivos inquebrantables de nuestro Dios. Desde el principio de los tiempos,
vemos su unidad a través de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios el
Padre estaba allí, creando los cielos y la tierra. El Espíritu "se movía
sobre la superficie de las aguas" (Génesis 1:2). Y el Hijo, que es
"el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza"
(Hebreos 1:3), se une a la creación del mundo por la palabra. "Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza" (Génesis 1:26).
Hagamos. Nuestra. Los tres están en perfecta unidad de visión y propósito. Más
adelante, vemos a Jesús que se levanta de las aguas del Bautismo, mientras el
Espíritu desciende como una paloma y el Padre anuncia en esta escena
majestuosa: "Este es mi Hijo amado en quien me he complacido" (Mateo
3:17).
En
otro momento, Jesús dice: "Porque he descendido del cielo, no para hacer
mi voluntad, sino la voluntad del que me envió" (Juan 6:38). Su deseo de
responder las oraciones de sus seguidores es "para el Padre sea
glorificado en el Hijo" (Juan 14:13). Le pide al Padre que envíe al
Espíritu Santo, sabiendo que el Espíritu testificará fielmente sobre el Hijo
que ama, ya que "nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de
Dios" (1 Corintios 2:11 NVI). El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tienen
una unión impecable. Se sirven, se aman y se honran. Aunque son iguales, se
gozan cuando uno recibe alabanza. Aunque son distintos, son uno, indivisible. Y
como esta relación es tan especial (representativa de la inmensidad y el
esplendor de Dios), Él ha elegido dejarnos experimentar uno de sus aspectos. En
la relación única entre esposo y esposa, dos personas distintas se unen espiritualmente
en "una sola carne" (Génesis 2:24). Y "lo que Dios ha unido, que
no lo separe el hombre" (Marcos 10:9 NVI). De hecho, este misterio es tan
imperioso (y el amor entre los esposos está tan ligado y completo) que Dios usa
la imagen del matrimonio para explicar su amor por la iglesia. La iglesia (la
novia) se siente sumamente honrada cuando se alaba y se celebra a su Salvador.
Cristo (el novio), quien se ha entregado por ella, se siente realmente honrado
cuando la ve "como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna
otra imperfección, sino santa e intachable" (Efesios 5:27 NVI). Tanto
Cristo como la iglesia se aman y se honran mutuamente. Es lo hermoso de la
unidad.
Esposo: ¿Qué sucedería en tu matrimonio si te
dedicaras a amar, honrar y servir a tu esposa en todas las cosas? ¿Qué pasaría
si decidieras que vale la pena cada sacrificio y expresión de amor que puedas
hacer para conservar tu unidad con esta mujer? ¿Qué cambiaría en tu hogar si
adoptaras este enfoque en la relación cada día?
Esposa:
¿Qué sucedería si te propusieras como misión hacer todo lo posible para
fomentar la unidad de corazón con tu esposo? ¿Qué pasaría si trataras cada
amenaza a la unidad como veneno, como un cáncer, como un enemigo que el amor la
humildad y el desinterés tienen que eliminar? ¿En qué se transformaría tu
matrimonio si nunca más estuvieras dispuesta a que se destruyera la unidad
entre ustedes? La unidad de la Trinidad, desde antes del inicio de la historia
y proyectándose hacía el futuro, es la evidencia del poder de la unidad. Es
irrompible. No tiene fin. Y es la misma realidad espiritual que se mimetiza en
la forma de tu hogar y tu dirección postal. Aunque aparezca pintada con los
colores de los horarios del trabajo, las visitas al doctor y las idas a la tienda
de comestibles, la unidad es el hilo eterno que atraviesa la experiencia diaria
de lo que llamas "tu matrimonio", dándole un propósito para defender
de por vida. Por lo tanto, ama a esta persona que forma parte de tu cuerpo
tanto como tú. Sirve a esta persona cuyas necesidades no pueden separarse de
las tuyas. Hónrala porque cuando la elevas al pedestal de tu amor, también te
eleva a los ojos de Dios, todo al mismo tiempo.
El
desafío de hoy
Observa
una causa de división en tu matrimonio y considera el día de hoy como una nueva
oportunidad para orar al respecto. Pídele al Señor que te revele cualquier
actitud de tu corazón que esté amenazando la unidad con tu cónyuge. Ora para
que haga lo mismo con él. Y si corresponde, habla con franqueza sobre esta
cuestión, buscando a Dios para hallar la unidad.
__Haz una marca aquí
cuando hayas completado el desafío de hoy.
¿El Señor te abrió los ojos a algo nuevo que
pueda estar alimentando esta área de desacuerdo? ¿Cómo piensas responder? ¿Qué
esperas que Dios haga en tu cónyuge también?
El Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. (Deuteronomio 64)
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