DESAFÍO DEL AMOR DÍA 33: EL AMOR COMPLETA AL OTRO
Si dos se acuestan juntos se mantienen calientes; pero
uno solo ¿cómo se calentará? (Eclesiastés 4:11)
Dios crea el matrimonio al tomar a un hombre y una mujer y unirlos
como una sola cosa. Y aunque, si es necesario, el amor debe estar dispuesto a
actuar en forma independiente, siempre es mejor cuando no se interpreta como
solista. El amor puede funcionar por su cuenta cuando no hay otra manera, pero
hay "un camino más excelente" (1 Corintios 12:31). Además, el amor no
se atreve a dejar de amar antes de llegar a ese punto. Esta cualidad del amor
que completa al otro se le reveló a la humanidad desde el principio. Dios creó
la raza humana con un hombre y una mujer: dos diseños similares pero
complementarios, hechos para funcionar en armonía. Nuestros cuerpos están
hechos el uno para el otro. Nuestros caracteres y temperamentos proporcionan
equilibrio, y nos permiten completar las tareas con más eficacia. Nuestra
unidad puede producir hijos, y nuestro trabajo en equipo es la mejor manera de
criarlos para que tengan salud y madurez. En donde uno es débil, el otro es
fuerte. Cuando uno necesita que lo edifiquen, el otro está preparado para
realzar y animar. Multiplicamos las alegrías mutuas y dividimos las penas
mutuas. Las Escrituras dicen: "Más valen dos que uno solo, pues tienen
mejor remuneración por su trabajo. Porque si uno de ellos cae, el otro
levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo
levante!" (Eclesiastés 4:9,10). Lo mismo sucede con tus dos manos, las
cuales no solo coexisten juntas, sino que multiplican la efectividad de la
otra. Para hacer lo que hacen, ninguna está completa sin la otra. Aunque
nuestras diferencias pueden a menudo ser la fuente de malentendidos y
conflictos, han sido creadas por Dios y pueden ser bendiciones constantes si
las respetamos. Por ejemplo, quizá uno de ustedes cocine mejor, mientras que el
otro sea más meticuloso para lavar los platos. Uno quizá sea más dulce y pueda
mantener la paz entre los miembros de la familia, mientras que el otro maneja
la disciplina en forma más directa y eficaz. Uno quizá tenga una buena mentalidad
de negocios pero necesita que el otro le recuerde que debe ser generoso. Cuando
aprendemos a aceptar estas distinciones en nuestra pareja, podemos evitar la
crítica y pasar directamente a ayudar y apreciar al otro. Sin embargo, algunos
parecen no poder superar las diferencias de su pareja. Y como resultado,
pierden muchas oportunidades. No aprovechan la singularidad que hace que cada
uno sea más eficaz cuando incluye a su cónyuge. Un ejemplo de la Biblia es
Poncio Pilatos, el gobernador romano que presidió el juicio de Jesús. Ignoraba
quién era Cristo y a pesar de que sabía que era un error, permitió que la
multitud lo influenciara para crucificar a Jesús. Sin embargo, la esposa de
Pilatos era más sensible a lo que en realidad estaba sucediendo y se le acercó
en pleno tumulto para advertirle que estaba cometiendo un error. "Y
estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó aviso, diciendo: No tengas
nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa de
Él" (Mateo 27:19).
Aparentemente,
era una mujer de gran discernimiento, quien comprendió la magnitud de estos
acontecimientos antes que su esposo. Sin duda, la soberanía de Dios estaba allí
y nada podría haber impedido que su Hijo marchara en obediencia a la cruz por
nosotros. Sin embargo, el rechazo de Pilatos a la intuición de su esposa revela
un lado lamentable de la naturaleza del hombre que a menudo se minimiza. Dios
hizo a las esposas para que completen a sus esposos, y les da un discernimiento
que muchas veces los hombres no tienen. Si se ignora, a menudo es en perjuicio
del hombre que toma la decisión. La efectividad de tu matrimonio depende de que
los dos trabajen juntos. ¿Debes tomar decisiones importantes con respecto a las
finanzas o a tus planes de jubilación? ¿Tienes un verdadero problema con un
compañero de trabajo a quien cada vez te cuesta más tratar, y no sabes cómo
actuar correctamente? ¿Estás totalmente convencido de que las decisiones
educativas para tus hijos están bien, sin importar lo que piense tu cónyuge?
No
intentes analizar las cosas solo. No le quites a tu pareja el derecho de
expresar su opinión en cuestiones que afectan a ambos. El amor comprende que
Dios los ha juntado a propósito. Y aunque quizá al final no estés de acuerdo
con las opiniones de tu cónyuge, de todas formas deberías respetar su visión y
considerarla con detenimiento. Esto honra el diseño de Dios para tu relación y
protege la unidad que Él quiso que hubiera. Juntos, son mejores que sus partes
independientes. Se necesitan. Se completan.
El desafío de hoy
Reconoce
que tu cónyuge es esencial para tu éxito en el futuro. Hoy mismo, déjale saber
que deseas incluirlo en tus próximas decisiones, y que necesitas su opinión y
su consejo. Si en el pasado has ignorado sus aportes, admite tu descuido y
pídele que te perdone.
__Haz
una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy.
¿Qué decisiones próximas pueden
tomar juntos? ¿Qué aprendiste hoy sobre el papel de tu cónyuge? Vestíos de
amor, que es el vínculo de la unidad. (Colosenses 3:14)
Tomado de libro Desafío
del Amor
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