Año de la
Restauración
En los
Colegios: Cada maestro transmite el
mensaje principal de la guía devocional. Los niños en su diario escriben:
Nombre o Tema
del devocional.
Principal
Aprendizaje y como lo puede poner en práctica.
Septiembre: Respeto
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DIA 1 Ojalá callarais por
completo, porque esto os fuera sabiduría. Job 13:5
Respondió Job al
Señor, y dijo:... De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Job 42:1, 5
Silencio, pero no
ausencia
En la Biblia
encontramos la historia de Job, un hombre que fue probado por el silencio de
Dios. Golpeado súbitamente por la muerte de sus hijos, la enfermedad y el
sufrimiento, Job permaneció mudo durante una semana. Luego tuvo que
enfrentarse a las palabras acusadoras de sus amigos, quienes trataban de
buscar las razones de sus desgracias.
¡Cuántos discursos
inútiles ante aquellos que pasan por el sufrimiento! ¡Cuántas palabras sin
sentido que muestran nuestra incapacidad para comprender! Al que sufre le es
difícil callar cuando quisiera liberarse de sus cargas y hallar la
comprensión de sus amigos.
Ante el silencio de
Dios, Job no permaneció callado. Primero habló, después gritó y expresó a
Dios su ira, su desgracia. Luego hizo silencio y Dios le habló. Entonces
comprendió que Dios no se reduce a la idea que él se hacía de Dios: “Yo
hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no
comprendía... De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me
aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:3-6).
En medio de nuestros
conflictos internos, Dios quiere llevarnos a mirarle a él, a experimentar su
paz “que sobrepasa todo entendimiento” (Filipenses 4:7). El silencio de Dios
no es la ausencia de Dios. Y la prueba por la que permite que pasemos quizá
tenga como objetivo operar en nosotros un profundo cambio.
En el silencio de la
prueba, pensemos en el silencio que Jesús sufrió en la cruz por parte de su
Dios, precisamente para que nosotros nunca más estemos solos.
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DIA 2
Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará. Salmo 55:22
En quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Isaías 30:15
Nuestras cargas
Parece que en
Arabia, en algunos palmerales, existe la costumbre de colocar sobre la corona
de hojas de las pequeñas palmeras una piedra pesada para impedir que crezcan
demasiado. Así el tronco se vuelve más grueso, la madera más dura y los
frutos más abundantes.
Las pruebas que el
Señor permite que atravesemos siempre son para nuestro bien espiritual. Si
las atravesamos con él, nos hacen más fuertes, más capaces de resistir a las
malas influencias. Las pruebas hacen que oremos más a menudo. Tal vez no
comprendamos la utilidad de esa carga, pero más tarde veremos el progreso, un
resultado, un “fruto apacible de justicia” (Hebreos 12:11).
También se dice que
en algunas tribus de África central, los que tienen que atravesar a pie un
río, lo hacen llevando una carga pesada en la cabeza. Ese peso hace que sus
pasos sean más seguros; les ayuda a mantener el equilibrio y a no ser
arrastrados por la corriente. ¡Es justo lo que a veces experimentamos cuando
pasamos por una prueba! La carga no nos aplasta, sino que incluso nos
mantiene de pie en medio de la corriente de una vida a veces muy agitada,
porque la compañía del Señor nos es indispensable. En vez de tratar de
deshacernos lo más rápido posible de nuestros problemas y preocupaciones,
pidamos más bien al Señor que nos dé la fuerza y la paciencia necesarias para
soportarlas y atravesarlas con él.
“Venid a mí todos
los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas” (Mateo 11:28-30).
Tarea en
Familia: Compartir este devocional en familia.
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Día 3
El Señor miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver
si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se
han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Salmo 14:2-3
¿Qué es el hombre?
«¿El hombre está
condenado a hacerse ilusiones sobre sí mismo?». ¿Qué respuesta hubiésemos
dado a este tema de filosofía propuesto a los estudiantes de bachillerato?
El creyente recuerda
esta pregunta que hicieron dos hombres de la Biblia: “¿Qué es el hombre?”
(Job 7:17). Se trata de Job, cuando estuvo agobiado por la tristeza, y de
David, quien tuvo conciencia de su pequeñez (Salmos 8:4; 144:3). En Dios
encontraron la respuesta. Solo él puede instruirnos para que no nos hagamos
ilusiones sobre nosotros mismos. El versículo de hoy nos muestra cómo Dios
nos evalúa. El hombre es una criatura insignificante si lo comparamos con la
inmensidad del universo, y sobre todo está moralmente alejado de Dios. “Todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). La
constatación es terrible y sin maquillaje, ¡pero hay un remedio!
Dios nos muestra en
Jesucristo un hombre nuevo que satisface perfectamente su corazón. Él
descendió del cielo, se encargó de nuestra causa y cumplió la obra que nos
acercaba a Dios. Resucitó y subió al cielo, y desde allí nos ofrece compartir
la misma vida y la misma gloria suya (Juan 14:3-4).
No estamos
condenados a permanecer en la ilusión. Creamos lo que Dios nos revela.
Consciente de la inmensa gracia de Dios, el apóstol Juan exclamó: “Amados,
ahora somos hijos de Dios”. Esta es la seguridad de todos los que han creído
en Jesucristo y esperan verle “tal como él es” (1 Juan 3:2).
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DIA 4
No os afanéis por el
día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio
mal. Mateo 6:34
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios. Isaías 41:10
Basta a cada día su
propio mal
El versículo de hoy
no es una excusa para ser descuidado. Es muy normal asumir nuestras
responsabilidades y prepararnos para el mañana, desde cerrar las persianas
para protegernos de la tormenta hasta hacer diligentemente los deberes
escolares para poder aprobar el examen. Es bueno considerar los problemas que
puedan sobrevenir si hacemos tal o cual cosa, prever nuestras necesidades o
preparar algo de antemano, que sabemos que se necesitará.
Pero afanarse es
otra cosa: es preocuparse demasiado por el mañana, por esa tempestad que
podría llegar, por ese examen... es estar inquieto imaginándose lo peor. La
preocupación focaliza nuestros pensamientos hacia los acontecimientos y no
hacia Aquel que los controla, por ello tiene efectos negativos sobre nuestra
mente y sobre nuestro cuerpo. Incluso puede paralizarnos, agobiarnos. Pero la
orden de Dios es muy clara: ¡“No os afanéis”! Tenemos un Padre todopoderoso
que nos ama y tiene todo en sus manos. ¿Estamos dispuestos a dejarnos
conducir por él?
Si tenemos
dificultades hoy, Dios nos da la fuerza y su dirección para afrontarlas hoy,
pero no nos las da por adelantado para enfrentarnos a las pruebas de mañana.
¿Por qué? Si tuviésemos la respuesta, probablemente dejaríamos de confiar en
él para el mañana. Él quiere cultivar en nosotros día tras día esa fe tan
preciosa, pues sin ella es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6).
“En tu mano están
mis tiempos” (Salmo 31:15).
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DIA 5 Salmo 29
Salmo
de David.
1 Honren
al Señor, oh seres celestiales;[a]
honren al Señor por su gloria y fortaleza. 2 Honren al Señor por la gloria de su nombre; adoren al Señor en la magnificencia de su santidad.
3 La voz
del Señor resuena sobre la
superficie del mar;
el Dios de gloria truena; el Señor truena sobre el poderoso mar. 4 La voz del Señor es potente; la voz del Señor es majestuosa. 5 La voz del Señor parte los enormes cedros; el Señor hace pedazos los cedros del Líbano. 6 Hace brincar como terneras a las montañas del Líbano; hace saltar el monte Hermón[b] como a un buey joven y salvaje. 7 La voz del Señor resuena con relámpagos. 8 La voz del Señor hace temblar al lugar desolado; el Señor sacude el desierto de Cades. 9 La voz del Señor retuerce los fuertes robles[c] y desnuda los bosques. En su templo todos gritan: «¡Gloria!».
10 El Señor gobierna las aguas
de la inundación;
el Señor gobierna como rey para siempre. 11 El Señor le da fuerza a su pueblo; el Señor lo bendice con paz. |
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