Como son más altos los cielos que la tierra, así
son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos.
Isaías 55:9
“¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la
perfección del Todopoderoso?” (Job 11:7). ¿Se nos ocurriría descubrir a Dios
por nosotros mismos? Él está infinitamente más allá de todos nuestros
pensamientos. Todas las representaciones que los hombres se han hecho de Dios
son insuficientes y ocultan lo que es real. Entonces, ¿Cómo conocerlo?
–Dios se revela por medio de la Creación: “Los cielos cuentan la gloria de Dios” (Salmo 19:1). Al considerar la infinidad del cielo y las maravillas de la naturaleza somos conducidos a exaltar a nuestro Creador, y a orar. –Dios habló aun de forma más cercana por medio de los profetas, y de manera definitiva por medio de su Hijo Jesucristo. Jesús revela a Dios a través de sus palabras. “Todos… estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca” (Lucas 4:22). “Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad” (Marcos 1:22). –Jesús también nos muestra a Dios por medio de sus milagros, que testifican que él es el enviado de Dios, el Mesías prometido. –Jesús revela a Dios por medio de su muerte. La vida de Jesús no podía salvarnos de nuestra perdición eterna. Era necesario que diese su vida para quitar todas las barreras que nos separaban de Dios. “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros” (1 Juan 3:16). |
Adaptado www.labuenasemilla.org
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