DESAFÍO DEL AMOR DÍA 13: EL AMOR PELEA LIMPIO
Si una casa está dividida contra sí
misma esa casa no podrá permanecer. (Marcos 3:25)
Te
guste o no, el conflicto en el matrimonio es sencillamente inevitable. Cuando
se casaron, no solo unieron sus esperanzas y sus sueños sino también sus
heridas, sus temores, sus imperfecciones y su bagaje emocional. Desde que
desempacaron luego de la luna de miel, comenzaron el verdadero proceso de
"desempacarse" mutuamente y de hacer el desagradable descubrimiento
de cuan pecadores y egoístas pueden ser. En poco tiempo, tu pareja comenzó a
deslizarse de tu elevado pedestal y tú del suyo. La intimidad forzosa del
matrimonio comenzó a despojarte de tu fachada pública y a exponer tus problemas
privados y tus hábitos secretos. Bienvenido a la humanidad caída. Al mismo
tiempo, las tormentas de la vida comenzaron a probar y revelar de qué estabas
hecho en verdad. Las demandas laborales, los problemas de salud, las
discusiones con los suegros y las necesidades financieras estallaron con
distinta intensidad, añadiendo presión y calor a la relación.
Esto
crea un marco para que aparezcan desacuerdos entre ustedes dos. Discutieron y
pelearon. Se hirieron. Experimentaron conflictos. Tienen que saber que no están
solos. Todas las parejas atraviesan lo mismo.
Es
lo habitual. Sin embargo, no todas lo superan. Así que no creas que poner en
práctica el desafío de hoy alejará todos los conflictos de tu matrimonio. En
cambio, se trata de abordar el problema de una manera tal que cuando lo
atraviesen, su relación se vea enriquecida.
Los
dos, juntos, es probable que el daño más profundo y desgarrador que puedas
hacerle (o que le hayas hecho) a tu matrimonio ocurra en pleno conflicto,
porque es el momento en el cual tu orgullo es más fuerte, estás más enojado que
nunca.
Eres
más egoísta y sentencioso que nunca, tus palabras contienen más veneno que
nunca, tomas las peores decisiones, si el conflicto desenfrenado toma el
control y ninguno de los dos pone el pie en el freno, un matrimonio puede estar
bien el lunes y comenzar a venirse abajo el martes. Sin embargo, el amor interviene
y cambia las cosas, te recuerda que tu matrimonio es demasiado valioso como
para permitir que se autodestruya, y que el amor por tu cónyuge es más
importante que cualquier asunto por el que estén peleando.
El
amor te ayuda a instalar airbags y montar barreras de protección en tu relación,
te recuerda que en verdad se puede revertir el conflicto para siempre. Las
parejas casadas que aprenden a resolver sus diferencias suelen tener más
unidad, más confianza, más intimidad y luego pueden disfrutar de una conexión
mucho más profunda. Pero, ¿cómo? La manera más sabia es aprender a pelear
limpio, estableciendo reglas de juego saludables. Si no tienen pautas para
abordar cuestiones problemáticas, no respetarán los límites cuando se caldeen
los ánimos. En esencia, hay dos clases de límites para lidiar con el conflicto:
los límites de pareja y los límites personales.
Los límites de pareja son reglas que los dos acuerdan de antemano,
reglas que se utilizan durante cualquier pelea o altercado. Si se violan estas
reglas, cualquiera de los dos tiene derecho a hacerlas respetar, con
delicadeza, pero de inmediato. Estas reglas podrían incluir:
1.
Nunca mencionaremos el divorcio.
2.
No traeremos a colación temas del pasado y sin relación.
3.
Nunca pelearemos en público ni frente a nuestros hijos.
4.
Nos tomaremos un descanso si el conflicto alcanza un nivel peligroso.
5.
Nunca tocaremos al otro para hacerle daño.
6.
Nunca nos iremos a dormir enojados.
7.
El fracaso no es una opción. Pase lo que pase, lo resolveremos.
Los límites personales
son reglas que practicas por tu cuenta. Aquí tienes algunos de los ejemplos más
efectivos:
1.
Escucharé antes de hablar. "Que cada uno sea pronto para oír, tardo para
hablar, tardo para la ira" (Santiago 1:19)
2.
Abordaré mis propios problemas con franqueza. "¿Y por qué miras la mota
que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu
propio ojo?" (Mateo 7:3)
3.
Hablaré con dulzura y no levantaré la voz. "La suave respuesta aparta el
furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira" (Proverbios 15:1)
Pelear
limpio significa cambiar de armas; disentir con dignidad. Como resultado,
deberías poder tender un puente en lugar de quemarlo. Recuerda, el amor no es
una pelea, sino que siempre vale la pena pelear por él.
El
desafío de hoy
Habla con tu cónyuge con respecto a establecer reglas de
juego saludables. Si no está listo para esto, entonces anota tus propias reglas
personales para respetar durante las discusiones. Decide cumplirlas cuando
vuelva a surgir un desacuerdo.
__Haz
una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy.
Si tu cónyuge participó,
¿cuál fue su respuesta? ¿Qué reglas personales anotaste?
Tened el mismo
sentir unos con otros. (Romanos 12:16)
Siempre van a ver conflictos dentro del matrimonio pero si uno es paciente al solucionarlos van a llegar grandes soluciones y esperanzas para saber llevar y siempre de la mano de Dios y nunca soltarla por que si nos apartamos va a ser mas difícil el solucionar los problemas
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