DESAFÍO DEL AMOR DÍA 15 EL AMOR ES HONORABLE
Y vosotros, maridos, igualmente,
convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres [...] dándole honor como a
coheredera de la gracia de la vida.
(1 Pedro 3:7)
En
nuestro idioma, hay ciertas palabras que tienen un significado poderoso. Cuando
se usan, las asociamos al respeto. Estas palabras nunca pierden su carácter
eterno, su clase ni su dignidad. Hoy, nos concentraremos en una de ellas. Es la
palabra honor. Honrar a alguien significa respetarlo y tenerlo en alta estima,
tratarlo como a una persona especial y de gran valor. Cuando le hablas, tus
palabras son puras y comprensibles; eres cortés y educado. Cuando esa persona
te habla, tomas en serio lo que dice, dándole peso y relevancia a sus palabras.
Cuando te pide que hagas algo, te adaptas como puedes, por el solo respeto que
le tienes. La Biblia nos dice que "honremos" a nuestro padre y a
nuestra madre, y a las autoridades. Es un llamado a reconocer la posición o el
valor de otra persona. El honor es una palabra noble.
Honrar
a tu pareja significa prestarle toda tu atención, en lugar de hablarle desde
atrás de un periódico o con un ojo en la televisión. Cuando se toman decisiones
que afecten a ambos o a toda la familia, le das la misma importancia en tu
mente a la opinión de tu cónyuge. Honras lo que tiene para decir. Significa
mucho para ti, y debería saberlo por la manera en que lo tratas.
Sin
embargo, hay otra palabra que nos llama a alcanzar un propósito más alto, una
palabra que a menudo no identificamos con el matrimonio, aunque no se puede
subestimar su relevancia. Es una palabra que constituye el fundamento del
honor: la razón misma por la cual respetamos y tenemos en alta estima a nuestro
cónyuge. Esa palabra es santo.
Decir
que tu cónyuge debería ser "santo" para ti, no significa que sea
perfecto. La santidad significa que está apartado para un propósito supremo: ya
no común ni cotidiano sino especial y único. Nadie puede competir en tu corazón
con una persona que para ti es santa. Es sagrada, alguien a quien honrar,
alabar y defender. La novia trata de esta manera su vestido. Luego de usarlo en
su día especial, lo cubre y lo protege, y luego lo separa de todo lo demás en
su armario. No la verás usándolo cuando trabaja en el jardín o sale de paseo.
Su vestido de novia tiene un valor propio. De esta manera, es santo y sagrado
para ella. Cuando dos personas se casan, cada cónyuge pasa a ser
"santo" para el otro, mediante la santidad inherente al matrimonio.
Esto significa que ninguna otra persona en el mundo debe disfrutar de este
nivel de compromiso y expresión de afecto de tu parte. La relación entre
ustedes no se compara a ninguna otra. Compartes la intimidad física sólo con
ella, sólo con él. Estableces un hogar con esta persona. Tienes hijos con ella.
Tu corazón, tus posesiones, tu vida misma deben estar absortos en este lazo
singular que compartes sólo con esta persona. ¿Las cosas son así en tu
matrimonio? ¿Tu cónyuge diría que lo honras y lo respetas? ¿Lo consideras
apartado y de gran valor para ti? ¿Crees que es santo? Quizá, no lo sientas, y
tal vez sea por una buena razón. Tal vez quisieras que algún desconocido
pudiera ver cuánta falta de respeto recibes de parte de tu esposo o esposa
(alguien que hiciera que tu cónyuge se sintiera avergonzado al salir a la luz
quién es en realidad a puertas cerradas).
Sin
embargo, con el amor las cosas son distintas. El amor honra aún cuando lo
rechazan; trata a su amado como alguien especial y sagrado aún cuando lo único
que recibe a cambio es una actitud desagradecida. Por supuesto, es maravilloso
cuando los dos esposos están unidos en este propósito, cuando siguen el
mandamiento bíblico de ser "afectuosos unos con otros" en amor y se
dan preferencia el uno al otro (Romanos 12:10). "Tengan todos en alta
estima el matrimonio y la fidelidad conyugal" (Hebreos 13:4 NVI). No
obstante, cuando tus intentos de honra no son correspondidos, debes honrar
igualmente. El amor se atreve a hacerlo; a decir: "Valoraré nuestra
relación por sobre todas las demás. El mayor sacrificio que esté dispuesto a
hacer, lo haré por ti. Con todos tus fracasos, tus pecados, tus errores y tus
defectos (pasados y presentes) igual decido amarte y honrarte". Así se
crea una atmósfera para reavivar el amor. Así guías tu corazón a volver a amar
de verdad a tu cónyuge. Y eso es lo bueno del honor.
El
desafío de hoy
Elige una
manera de demostrarle honor y respeto a tu cónyuge que sea diferente de lo
habitual. Quizá sea abrirle la puerta a tu esposa. Tal vez sea guardarle la
ropa a tu esposo. Quizá sea la forma en la que escuches y hables cuando se
comuniquen. Muéstrale a tu cónyuge que lo tienes en alta estima. __Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy.
¿Cómo elegiste demostrar honor? ¿Cuál fue el resultado? ¿De qué otras maneras
podrías demostrar honor durante los próximos días?
Los honraré y no serán menospreciados. (Jeremías 30:19)
Siempre es la confianza del uno con el otro y apoyo total de la pareja y siempre la confianza y el amor mutuo siempre con la fe y la guía de Dios
ResponderEliminarYazmin Linares
ResponderEliminar