DESAFÍO DEL AMOR DÍA 37: EL AMOR SE
PONE DE ACUERDO EN ORACIÓN
Si dos de vosotros se ponen de acuerdo
sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre.
(Mateo 18:19)
Si
alguien te dijera que al cambiar una sola cosa en tu matrimonio podrías
garantizar casi con toda seguridad una mejora significativa en la vida con tu
cónyuge, al menos querrías saber de qué se trata. Y en el caso de muchas
parejas piadosas, esa "única cosa" es la práctica diaria de la
oración juntos. Para una persona que tiende a quitarle importancia a las
cuestiones espirituales, esto parece bastante ridículo. Y si le dijeran que la
oración en conjunto es un ingrediente clave para la longevidad matrimonial y
que realza la intimidad sexual, pensaría que exageraron demasiado. Sin embargo,
la unidad que crece entre un hombre y una mujer que oran juntos en forma
regular, forma una conexión intensa y poderosa. Dentro del santuario del
matrimonio, orar juntos puede hacer maravillas en todas las áreas de la
relación. Cuando se unieron como esposo y esposa, Dios les dio un regalo de
bodas: un compañero de oración para toda la vida. Cuando necesitas sabiduría
para determinada decisión, tú y tu compañero de oración pueden buscar juntos a
Dios para encontrar la respuesta. Cuando luchas con tus propios temores e
inseguridades, tu compañero de oración puede tomarte de la mano e interceder
por ti. Cuando no se llevan bien con tu cónyuge y no pueden superar una discusión
o un escollo en particular, pueden tomarse un descanso, dejar las armas y
entrar en oración de emergencia ' Esto debería transformarse en tu reflejo
automático cuando no sabes qué más hacer.
Es difícil permanecer
enojado con alguien con quien estás orando. Es difícil no retroceder cuando
escuchas a tu cónyuge clamar a Dios humillado y rogarle misericordia en medio
de la acalorada crisis entre ustedes. En oración, dos personas recuerdan que
Dios las ha transformado en una. Y con la unidad que trae su presencia, la
discordia se transforma en belleza. Orar por tu cónyuge hace que tu corazón se
interese más por él. Sin embargo, lo más importante es que a Dios le agrada
verlos humillarse y buscar su rostro juntos. Sus bendiciones se derraman sobre
ustedes cuando se ponen de acuerdo en oración. La palabra que Jesús usó cuando
habló sobre "ponerse de acuerdo" en oración lleva la idea de una
sinfonía armónica-Dos notas separadas que se tocan una a la vez suenan
distintas; son opuestas. Y si las tocas al mismo tiempo (de acuerdo), pueden
crear una sensación agradable de armonía. Juntas, proporcionan un sonido más
pleno y completo que si suenan en forma independiente. Ponerse de acuerdo en
oración es así... aun en medio del desacuerdo. Vuelve a colocarlos a los dos en
su verdadero centro. Les proporciona un área de consenso, cara a cara frente al
Padre. Restaura la armonía en medio de la discusión. La iglesia (la cual, en
las Escrituras, tiene una connotación matrimonial con Cristo) a veces puede ser
un lugar en donde reine el conflicto. La discordia que suele generarse por
distintas razones puede descarrilar a la iglesia de su misión y perturbar el
libre flujo de adoración y unidad. A veces, los líderes piadosos se dan cuenta
de lo que sucede, les ponen fin a las discusiones y llaman al pueblo de Dios a
la oración. En lugar de c0ntinuar la discordia y permitir que haya más
sentimientos heridos, buscan la unidad al volver sus corazones hacia Dios y
pedirle ayuda. Lo mismo sucede en nuestros hogares cuando interviene la oración,
aun en los momentos culminantes del desacuerdo. La oración detiene la
hemorragia; acalla las voces fuertes; hace que te detengas y comprendas en la
presencia de quién estás.
Sin
embargo, la oración hace mucho más que detener peleas. Es un privilegio para
disfrutarlo en forma constante, a diario. Cuando sepas que antes de ir a dormir
te espera un tiempo de oración, cambiará la manera en que pasas la velada.
Aunque sus oraciones juntos en general sean cortas y concisas, tu día podrá
girar alrededor de esta cita permanente y hacer que Dios se mantenga en el
medio de todo. Es cierto, comenzar un hábito como este puede parecer difícil e
incómodo. Cualquier cosa de esta envergadura te abrumará con su peso y su
responsabilidad cuando intentes ponerla en práctica; pero recuerda que Dios
desea que estés con Él (en verdad, te invita) y te hará crecer a medida que lo
tomes en serio y dejes atrás los momentos en los que no sabes qué decir.
Recordarás este hilo en común que atravesó todo, desde los días comunes y
corrientes hasta las decisiones importantes, y estarás sumamente agradecido por
esta "única cosa" que cambió todo. Es un área en donde es fundamental
que estés de acuerdo para ponerte de acuerdo.
El
desafío de hoy
Pregúntale
a tu cónyuge si pueden comenzar a orar juntos. Decidan cuál es el mejor momento
para hacerlo, ya sea por la mañana, a la hora de almorzar o antes de irse a
dormir. Usen este tiempo para confiarle al Señor las inquietudes, los
desacuerdos y las necesidades. No olviden darle gracias por su provisión y sus
bendiciones. Aun si tu cónyuge se niega a hacerlo, decide pasar este momento
diario en oración a solas.
__Haz una marca
aquí cuando hayas completado el desafío de hoy. ¿Qué puedes hacer para que tu
cónyuge esté dispuesto a comenzar a orar contigo? Si se pusieron de acuerdo
para orar, ¿cómo resultó? ¿Qué aprendieron de esta experiencia?
Para un enfoque
más profundo sobre la oración eficaz, ver el Apéndice en la página 202
Mi oración llega ante ti por la
mañana. (Salmo 88:13)
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