DESAFÍO DEL AMOR DÍA 39: EL AMOR PERDURA
Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros. (2
Corintios 9:8)
De todas
las cosas que el amor se atreve a hacer, esta es la mayor de todas. Aunque se
ve amenazado, sigue adelante. Aunque se ve desafiado, sigue avanzando. Aunque
lo maltratan y lo rechazan, se niega a darse por vencido. El amor nunca deja de
ser. Muchas veces, cuando un matrimonio está en crisis, el cónyuge que intenta
lograr que las cosas funcionen le dice al otro con toda claridad que sin
importar lo que haya sucedido en el pasado, está comprometido con su
matrimonio. Puedes estar seguro de que su amor perdurará. Lo promete. No
obstante, como el otro cónyuge todavía no quiere escucharlo, mantiene su
postura distante. Aun quiere separarse. No cree que este matrimonio dure mucho
tiempo. Ya ni siquiera quiere que dure. El cónyuge que acaba de jugarse el corazón,
tendiendo la mano en son de paz, no puede manejar el rechazo. Así que retira lo
dicho. "Bueno. Si así lo quieres, así será". Sin embargo, si el amor
es en verdad amor, no cambia de opinión cuando no lo reciben como quiere. Si al
amor se le puede decir que deje de amar, en realidad no es amor. El amor que
viene de Dios es interminable, imparable. Si el objeto de su afecto elije no
recibirlo, no deja de dar. El amor nunca deja de ser. Nunca.
Así
es el amor de Jesús. Sus discípulos eran verdaderamente impredecibles. Luego de
su última comida de Pascuas juntos, cuando Jesús les dijo que todos lo
abandonarían antes de que terminara la noche, Pedro declaró: "Aunque todos
se aparten por causa de ti, yo nunca me apartaré [...] Aunque tenga que morir contigo,
jamás te negaré" (Mateo 26:33,35). Los demás discípulos se hicieron eco de
la misma promesa. Sin embargo, más tarde esa noche, el círculo íntimo de
seguidores de Jesús (Pedro, Santiago y Juan) dormiría mientras Jesús agonizaba
en el huerto. Camino a la crucifixión de Cristo, Pedro lo negaría tres veces en
el patio; pero en ese preciso momento, la Biblia dice que Jesús "se volvió
y miró a Pedro" (Lucas 22:61). Sus hombres le habían fallado (otra vez)
horas después de sus promesas. Aun así, nunca dejó de amarlos, porque Él es
"el mismo ayer y hoy y por los siglos" (Hebreos 13:8), y su amor
también. Cuando hayas hecho todo lo que puedes para obedecer a Dios, tu cónyuge
quizá te abandone y se vaya... así como los discípulos de Jesús hicieron con
Él; pero si tu matrimonio fracasa, si tu cónyuge se va, que no sea porque te
diste por vencido o dejaste de amarlo. El amor nunca deja de ser. De las nueve
características del "fruto del Espíritu" que se enumeran en Gálatas
5, la primera de todas es el amor. Y como el inalterable Espíritu Santo es la
fuente (el mismo Espíritu Santo que habita en el corazón de todos los
creyentes), entonces el amor que Él crea en ti también es inalterable. Tiene su
fundamento en la voluntad de Dios, en el llamado de Dios y en la Palabra de
Dios: todas cosas inalterables. La Biblia las declara "irrevocables"
(Romanos 11:29). "El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no
pasarán" (Lucas 21:33). Hace tan solo unos días, recibiste el desafío de
construir tu matrimonio sobre la Palabra de Dios; porque cuando todo lo demás
fracasa, la verdad de Dios seguirá en pie. A lo largo del camino, también te
atreviste a ser paciente, a ser generoso, a sacrificarte por las necesidades de
tu cónyuge.
No
se trata solo de ideas lindas, que existen en forma aislada. Cada
característica del amor que se esboza en este libro está basada en el amor de
Dios, el cual vemos contenido y expresado en la Palabra de Dios-, en la Palabra
inalterable de Dios. Ningún desafío ni circunstancia pueden colocarle una fecha
de vencimiento a Él ni a su amor. Por lo tanto, tu amor (hecho de la misma
sustancia) tiene las mismas características inalterables. El amor nunca deja de
ser. Así que el desafío de hoy es expresar tu amor inquebrantable con las
palabras más poderosas y personales que puedas. Es tu oportunidad de declarar que
sin importar las imperfecciones que existan (tanto en ti como en tu cónyuge) tu
amor es aun más grande. Sin importar lo que tu cónyuge haya hecho o cuan a
menudo lo haya hecho, decides amarlo de todas maneras. Aunque con el correr de
los años no has sido para nada constante en tu manera de tratarlo, tus días de
inconstancia en el amor han terminado. Acepta a esta persona como el regalo
especial de Dios para ti y promete amarla hasta la muerte. Lo que le comunicas
a tu cónyuge es: "Aun si no te gusta lo que ves, aun si no te gusto yo,
elijo amarte de todas maneras. Para siempre". Porque el amor nunca deja de
ser.
El desafío
de hoy
Pasa
tiempo orando solo. Luego, escríbele una carta de compromiso y decisión a tu
cónyuge. Incluye la razón por la cual te comprometes con este matrimonio hasta
la muerte, y exprésale que te has propuesto amarlo sin importar lo que suceda.
Deja la carta en un lugar donde tu pareja la pueda encontrar. __Haz una marca aquí cuando hayas
completado el desafío de hoy.
¿Qué dudas tenías al escribir esta carta? ¿Cómo esperas
que tu cónyuge responda? ¿Cómo te ayudó Dios a escribirla y qué te enseñó sobre
ti mismo este proceso?
Él] se complace en la misericordia. (Miqueas 7:18)
Él] se complace en la misericordia. (Miqueas 7:18)
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