La parábola del Sembrador

La parábola del sembrador y las cuatro categorías de aquellos que escuchan la Palabra de Dios



Es común, que cuando queremos enfatizar algo lo repetimos mas de una vez. De igual modo, aunque todo lo que hay en la Palabra de Dios es importante, cuando se repite más de una vez, obviamente tiene una importancia especial e igualmente se le debe poner más atención. Uno de esos pasajes repetidos varias veces es la parábola del sembrador. Esta parábola aparece tres veces en cuatro de los resúmenes de la vida de Jesucristo. Por lo cual, sería interesante examinarla y ver qué es eso de importancia especial que Dios quiere ensañarnos.

1. La parábola
La parábola del sembrador se registra en: Mateo 13:1-8, Marcos 4:1-9 y Lucas 8:4-8. Vamos a tomar como punto de partida el registro que viene en Lucas, donde leemos:

Lucas 8:4-8
“Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.”

El tiempo en que Jesús escogió decir esta parábola no fue accidental. Como el verso 4 dice: “Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, lesdijo por parábola...” Jesús dijo está parábola cuando había venido mucha gente a él a escuchar la Palabra de Dios. Como veremos mas adelante, la parábola trata sobre el escuchar la Palabra de Dios. Así que Jesús, diciendo esta parábola, quería poner al tanto de las opciones que tenían a todos aquellos que habían venido a él.

2. “Junto al camino”
Con un vistazo al pasaje anterior vemos que trata de semilla que cayó en diferentes tipos de terreno, el primero de estos fue “junto al camino”. Lucas 8:5 dice:

Lucas 8:5
“El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.”

Algunas de las semillas que el sembrador sembraba cayeron “JUNTO al camino” y no brotó, ni dio fruto, sino que fue devorada por las aves del cielo.
La explicación de ésta parábola viene en algunos versos mas adelante. En Lucas 8:11-12 dice:

Lucas 8:11-12
“Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.”

También Mateo 13:39 explica la misma parte:

Mateo 13:19
“Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.”

De acuerdo a los pasaje anteriores, la semilla de la que se habla es LA PALABRA DE DIOS o “la palabra del reino”. Sin embargo, esta Palabra no el el mismo resultado en todas partes, ya que su eficacia depende del terreno donde caiga. Uno de los posibles tipos de terreno es “junto al camino”, el cual, de acuerdo a la interpretación de la parábola, está compuesto por la gente que aunque escuchen la Palabra de Dios “no la entienden”. Lo que se quiere decir con “no la entienden” lo veremos desde el contexto. La palabra griega que se traduce como “entender” en el pasaje anterior es el verbo “suniemi” que se usa 6 veces en Mateo 13, 5 en cuanto a la parábola se refiere. Así que en Mateo 13:13-15 dice:

Mateo 13:13-15
“.... viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden (en griego: suniemi). De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis [en griego: suniemi]; Y viendo veréis, y no percibiréis. PORQUE [esta es al razón por la que no entienden aunque tienen oídos] el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y CON EL CORAZÓN ENTIENDAN [griego suniemi], Y se conviertan, Y yo los sane.”

Mientras que con los oídos se escucha la Palabra de Dios, con el corazón (la parte interior de la mente) se “entiende”. Por eso, no es un simple entendimiento mental de la Palabra de Dios a lo que se refiere la parábola del sembrador. Más bien es un entendimiento, una aceptación de la Palabra de Dios con el corazón, la parte interior de la mente. Es por eso que el resultado de la semilla no depende de la semilla en sí, la Palabra, sino del terreno, el corazón de aquellos que escuchan la Palabra de Dios. La misma semilla al caer en diferentes terrenos, esto es, en corazones de diferente calidad, dan resultados distintos. Cuando el corazón se ha engrosado la semilla de la Palabra de Dios será como si cayera junto al camino. No va a brotar ni mucho menos a dar fruto. Como en 2 de Corintios :3-4 y Efesios 4:17-19 dice:

2 de Corintios 4:3-4
“Pero si nuestro evangelio está aún ENCUBIERTO, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”

También Efesios 4:17-19
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el ENTENDIMIENTO ENTENEBRECIDO, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, POR LA DUREZA DE SU CORAZÓN; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.”

Hay gente que tiene el entendimiento “encubierto” y no pueden “entender”, no porque la Palabra sea algo difícil de entender, sino porque sus corazones están engrosados, duros, no permiten que la semilla de la Palabra crezca. En cuanto a la palabra griega traducida como “dureza” en el pasaje anterior de Efesios, es la palabra “porosis” que significa “dureza, insensibilidad”. Es la misma palabra que se usa en Marcos 3:5 que describe el corazón de un grupo característico de gente que tanto persiguió a Jesús: los Fariseos:

Marcos 3:5
“Entonces [Jesucristo], mirándolos [a los Fariseos(ver Marcos 2:24)] alrededor con enojo, entristecido por la dureza [porosis] de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.”

¡Los Fariseos tuvieron al Señor Jesucristo, al Hijo de Dios, frente a ellos! Vieron y escucharon al más grande maestro, al hombre más grandioso que pasó por la faz de la tierra. Y aún así no creyeron en él. ¿La razón? Sus corazones estaban endurecidos, insensibles y de ese modo inapropiados para la recepción y crecimiento de la semilla de la Palabra. No era la semilla, la Palabra, que no era buena, sino la TIERRA, sus corazones que estaban duros.

3. La segunda categoría
Habiendo examinado el primer tipo de terreno en el cual cae la semilla de la Palabra de Dios, vamos a continuar con el segundo. Mateo 13:5-6 nos habla al respecto:

Mateo 13:5-6
“Parte [de la semilla] cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.”

Una semilla puede brotar en diferentes tipos de terreno. Sin embargo, no va a sobrevivir y dar fruto en todos ellos. Uno de los terrenos en el cual la semilla, aunque inicialmente brotará, finalmente no sobrevivirá es en los pedregales. La razón por la que la semilla no puede sobrevivir ahí es porque las piedras no permiten que las raíces profundicen y encuentren humedad. Así que se seca.
Escogiendo el registro de Marcos para la explicación de esta parte de la parábola leemos:

Marcos 4:16-17
“Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, AL MOMENTO la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.”

Como podemos ver, los pedregales están compuestos de gente que escucha la Palabra, la recibe inmediatamente y de hecho con alegría. Sin embargo, no dura mucho, porque cuando la persecución y la aflicción viene, esa gente, de nuevo inmediatamente, tropieza. Como es obvio, el problema que finalmente causa su caída es que son muy débiles en persecución y aflicción. Así que, cuando el enemigo trae cosas como esas sobre ellos, caen inmediatamente. El tropiezo no es causado porque la aflicción es muy pesada como para que la puedan soportar, porque en 2 de Corintios 4:17, 1 de Corintios 10:12-13 y 1 de Pedro 5:10 dicen que la aflicción será fácil y no más de lo que podamos soportar (1 de Corintios 10:12-13). Sino que es causada porque no están dispuestos a demostrar ni siquiera la más mínima resistencia frente al diablo [caen inmediatamente, tropiezan]. Como en Santiago 4:7 dice:

Santiago 4:7
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”

También en 1 de Pedro 5:8-9 dice:
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”

Si no resistimos al diablo, no huirá de nosotros. De lo contrario, devorará a aquellos que no lo resisten. A esta categoría de alimento potencial para del diablo pertenece este tipo de gente. Cuando el diablo viene trayendo aflicciones, inmediatamente caen convirtiéndose en fácil alimento para el. Tienen un buen principio pero desafortunadamente un mal final.

4. La tercer categoría
Habiendo considerado las primeras dos categorías de gente que escucha la Palabra, continuaremos con la tercera. Marcos 4:7 dice:

Marcos 4:7
“Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.”

El tercer tipo de terreno en el que la semilla cae es entre los espinos. La semilla que cayó en este terreno se ahogó sin dar fruto. Para entender a lo que se refiere esta parte de la parábola, vamos a Marcos 4:18-19 que dice:

Marcos 4:18-19
“Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.”

Desafortunadamente, esta tercer categoría de gente es problemática también. El problema con esta categoría es que la Palabra de Dios es guardada en sus corazones junto con otras cosas como “los afanes de este mundo, el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas”. Estas cosas finalmente actúan como espinas en el crecimiento de la Palabra ahogándola haciéndola infructuosa. Por otro lado, en cuanto a lo que la gente de esta categoría hace, Jesucristo dijo:

Mateo 6:25-34
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

PRIMERO son las cosas del reino de Dios Y LUEGO todas las demás cosas. Si aplicamos este principio, todas las demás cosas nos serán añadidas. Si no lo aplicamos, sino que ponemos primero en nuestra lista de prioridades como afanes y cosas así, entonces esas cosas ahogarán la Palabra de Dios haciéndola infructuosa.

5. La cuarta categoría
Hasta el momento hemos examinado tres tipos de terreno en el que cae la semilla de la Palabra. Desafortunadamente, ninguno de ellos pudo hacer a la semilla fructífera. Así que el primer terreno, que era “junto al camino” era tan duro que la semilla no pudo brotar. También el otro eran los pedregales, que no permiten que la semilla eche raíz profunda. Finalmente el tercero era los espinos, que ahogan la semilla y la hacen infructuosa. Habiendo visto tres categorías ineficaces, es momento de ver la BUENA tierra, la tierra en la que la semilla de la Palabra cae y lleva fruto. Mateo 13:8 dice:

Mateo 13:8
“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.”

La explicación viene en Mateo 13:23
“Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende [en griego suniemi] la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.”

Esta vez la semilla no cayó junto al camino, o en los pedregales o entre espinos, sino en BUENA TIERRA, compuesta de gente que escucha la Palabra Y LA ENTIENDE [en griego: suniemi]. Como en Lucas 8:15 lo explica:

Lucas 8:15
“Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con CORAZÓN BUENO Y RECTO RETIENEN la palabra oída, y dan fruto con PERSEVERANCIA.

Como podemos acordarnos, la primer categoría de gente no pudo “entender”, recibir, la Palabra porque sus corazones estaban endurecidos, insensibles. De lo contrario, la gente de esta única fructífera categoría ENTIENDE la Palabra poniéndola en su corazón BUENO y RECTO. Esta categoría fructífera tiene todo los que las otras infructuosas categorías no tienen. En la primera, la gente tenía los corazones endurecidos, aquí las corazones son BUENOS Y RECTOS. También, en la segunda categoría la gente no tiene duración y caen a la primer aflicción, en la buena tierra la gente es perseverante (“dan fruto CON PERSEVERANCIA” como el texto dice) y no se dan por vencidos. Finalmente, aunque en la tercer categoría la Palabra de Dios se ahogó por los diversos afanes y deseos que estaban en primer lugar, en la buena tierra es RETENIDA en los corazones de esa gente, sin perder su posición por culpa de cualquier otra cosa. Esta es la categoría fructífera. La única que lleva fruto. Y como Cristo dijo en Juan 15:

Juan 15:1-2, 4-5, 8, 16
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”

Dios limpia cada pámpano que lleva fruto para que lleve aún mas. Entre más fruto lleve, Dios se glorifica más.

6. Conclusión
Entonces para concluir. La Palabra de Dios es hablada a varios tipos de gente. Sin embargo, los resultados serán diferentes mientras sea distinta la calidad del corazón de los que escuchan Su Palabra. Unos la van a rechazar, otros a aceptar hasta la primera aflicción, otros la recibirán pero eventualmente no la tendrán como prioridad y pondrán otras cosas primero (afanes, riquezas, otros deseos), y finalmente, otros la mantendrán en un corazón bueno y recto llevando fruto. Es por eso que Jesús, al terminar la interpretación de la parábola dijo: “Mirad, pues, cómo oís” (Lucas 8:18). Porque no se trata solo de oír la Palabra sino de CÓMO la oyes, porque puede que muchos escuchen la Palabra, pero solo aquellos que la escuchan y la retienen en un corazón recto y bueno llevarán fruto. Continuemos todos en esta categoría


Salmos 63

Salmos 63
Salmo de David, de cuando estaba en el desierto de Judá.

1 Oh Dios, tú eres mi Dios;
    de todo corazón te busco.
Mi alma tiene sed de ti;
    todo mi cuerpo te anhela
en esta tierra reseca y agotada
    donde no hay agua.
2 Te he visto en tu santuario
    y he contemplado tu poder y tu gloria.
3 Tu amor inagotable es mejor que la vida misma,
    ¡cuánto te alabo!
4 Te alabaré mientras viva,
    a ti levantaré mis manos en oración.
5 Tú me satisfaces más que un suculento banquete;
    te alabaré con cánticos de alegría.
6 Recostado, me quedo despierto
    pensando y meditando en ti durante la noche.
7 Como eres mi ayudador,
    canto de alegría a la sombra de tus alas.
8 Me aferro a ti;
    tu fuerte mano derecha me mantiene seguro.
9 Pero los que traman destruirme acabarán arruinados;
    descenderán a las profundidades de la tierra.
10 Morirán a espada
    y se convertirán en comida de chacales.
11 Pero el rey se alegrará en Dios;
    todos los que confían en él lo alabarán,
    mientras que los mentirosos serán silenciados.

La historia que inspira este Salmo es el tiempo en el que Absalon se revela contra su padre y rey de Israel David, en ese entonces lo buscaba para matarlo y quedarse con el trono. David en su huida va al desierto de Judá. Allí a pesar de todo, invoca la presencia de Dios y venía la respuesta. Dios quiere hablar, este mensaje es para aquellos que andan en el desierto, en problemas, en crisis. Este Salmo nos muestra:

1. David en el desierto. El desierto habla de sequía, soledad, dolor, amargura. Era obvio que por el problema tan grande en familia y prueba estaba agobiado y carga. Pero confiaba en las promesas. El desierto es una buena oportunidad para que Dios muestre su Gloria.
David se encontraba sólo, nadie sabía claramente como estaba por dentro. Es así como muchas veces nos pasa, es posible que hoy estés pasando por la prueba... Te ha tocado aguantar,  esperar aún buscando una respuesta de alguien. Pero viendo la Palabra de Dios notamos claramente que sólo Cristo es la esperanza de Gloria.

2. David corre desesperadamente a la presencia de Dios, no buscó primero el consejero, el amigo, el familiar. Buscó  el consejo del rey, la guía y paz que viene del cielo. En medio de la soledad se manifiesta la plena compañía de aquel que no abandona, de aquel que siempre está allí.

3. En medio de las crisis, el desierto, la prueba, del engaño, cual sería tu petición a Dios? La petición de David fue: DESEO TU PODER, TU GLORIA QUIERO VER. Si tenemos la presencia de Dios lo tenemos todo.

4. David reconoce el favor de Dios y declara que es por su misericordia lo que sostiene su vida.

Busca a tu hacedor, Todopoderoso, Rey, Consolador, Padre, Sanador, Salvador, Libertador... El viene para extender su cuerda en medio de la miseria... Que su GLORIA te rodee HOY.

AYRTON SENNA Nada nos puede separar...

"Nada me puede separa del amor de Dios" Romanos 8
En 1984 llegó a la F-1 con el modesto Toleman. Poco antes de debutar conoció a Allan Prost. Así recuerda el francés el inicio del mayor duelo de la historia de la F-1: «En primavera se inauguraba el nuevo Hockenheim y organizaron una carrera de celebridades con Mercedes de calle. El vuelo de Ayrton aterrizaba media hora más tarde que el mío y me pidieron que lo esperara. Durante el camino hablamos y estuvo muy amable. Llegamos e hice la pole, con él segundo. Ya no me habló más. En carrera me puse líder y al querer pasarme, Ayrton me sacó de la pista. Había transcurrido media vuelta».

Después llegaron 41 triunfos, 80 podios, tres títulos y míticas carreras que le convirtieron en ídolo mundial. Sin embargo, su éxito no lo alejó de los aficionados ni de llevar una vida tranquila, sostenida en su fe en Dios.

 SIEMPRE LE ACOMPAÑABA LA BIBLIA
Siempre fue un hombre de profundas convicciones religiosas. En su vida de constante nomadeo, de circuito en circuito y de hotel en hotel, la mayor parte de las veces era en su Biblia, con sus personales adhesivos, donde encontraba el sosiego que su arriesgada profesión no le permitía disfrutar. Uno de los pasajes subrayados por él mismo en el Libro de Isaías 40:31, dice: «Mas aquellos que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas, subirán por los aires como las águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán».
 Nunca dejó de reconocer la necesidad que tenía de Dios. En una ocasión, explicó que «todo el mundo cree en algo, tiene su propia fe. Por lo que a mí respecta es muy importante estar en paz conmigo mismo. Para mí, la forma de encontrar este equilibro pasa por la fe en Dios y la lectura de la Biblia que ha cambiado mi vida».
 Y junto a sus creencias, su profundo respeto a los aficionados brasileños, que tantas veces esperaron para acompañarle hasta su finca, o le aguardaron a las puertas para poder verle al menos un instante. «Vivo en un país donde no todo el mundo tiene trabajo, donde hay mucha pobreza. Les debo esto», dijo en una ocasión tras pasar varias horas atendiendo a decenas de admiradores congregados ante su casa.

Ahora, los ramos de flores y el recuerdo de miles de aficionados cubren el muro de la curva de Tamburello, en el circuito italiano de Imola, allí donde perdieron al piloto a quien amaban y consideraban un ejemplo a seguir.
 Según cuenta su compañero Gerhard Berger, Senna jamás abandonaba su portafolio. En su interior, la Biblia que siempre le acompañaba, su acreditación y la de un acompañante, las tarjetas de crédito, su agenda, insignias con su casco para repartir a los niños y una revista de historietas con las aventuras de un campeón de kartings llamado Senna.

http://www.protestantedigital.com/ES/Internacional/articulo/10861/El-mundo-del-deporte-recuerda-a-ayrton-senna-en

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 40: EL AMOR ES UN PACTO

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 40: EL AMOR ES UN PACTO
Adonde tú vayas, iré yo, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. (Rut 1:16)

Felicitaciones. Has llegado al final del desafío de este libro. Sin embargo, la experiencia y el reto de amar a tu cónyuge nunca terminan. Siguen durante el resto de tu vida. Este libro podrá terminar en el día 40. ¿Pero quién dice que tu desafío tiene que terminar? Y a partir de este momento, te desafiamos a que consideres tu relación matrimonial como un pacto en lugar de un contrato. Estas dos palabras parecen tener significado y propósito similares, pero en realidad, son sumamente diferentes. Ver al matrimonio como un contrato es como decirle a tu cónyuge: "Te tomo para mí y veremos si funciona". Sin embargo, verlo como un pacto hace que digas: "Me entrego a ti y me comprometo a este matrimonio para toda la vida". Hay varias diferencias entre los pactos y los contratos. En general, un contrato es un acuerdo escrito con un fundamento de desconfianza, que enumera las condiciones y las consecuencias que habrá si se rompe. Un pacto es un compromiso verbal que tiene su fundamento en la confianza, y le asegura a otra persona que tu promesa es incondicional y para toda la vida. Se realiza ante Dios por amor a otro. Un contrato es interesado y tiene una responsabilidad limitada. Establece un marco de tiempo para que se cumplan y se logren ciertas prestaciones. Un pacto es para beneficio de los demás y tiene una responsabilidad ilimitada. No tiene fecha de vencimiento. Es "hasta que la muerte nos separe". Un contrato puede romperse de común acuerdo. Un pacto está hecho para que sea inquebrantable. La Biblia contiene varios grandes pactos que forman parte del desarrollo de la historia del pueblo de Dios. Este hizo un pacto con Noé y le prometió que nunca destruiría a toda carne con un diluvio (Génesis 9:12-17). Hizo un pacto con Abraham y le prometió que toda una nación de descendientes surgiría de su familia (Génesis 17:1-8). Hizo un pacto con Moisés y declaró que el pueblo de Israel sería la posesión de Dios para siempre (Éxodo 19:3-6). Hizo un pacto con David y le prometió que siempre habría un soberano en su trono (2 Samuel 77-16). Finalmente, hizo un "nuevo pacto" por medio de la sangre de Cristo, y estableció un legado eterno e inalterable de perdón de pecados y vida eterna para los que crean en Él (Hebreos 9:15). Dios nunca ha roto ninguno de estos pactos. Además, está el matrimonio: el pacto más fuerte sobre la tierra entre dos personas; la promesa de un hombre y una mujer de establecer un amor incondicional y que dura toda la vida.
En el matrimonio, tu anillo de bodas representa los votos de tu pacto: no solo compromisos que esperabas poder cumplir sino promesas premeditadas, dichas en público con otras personas como testigos. Como has leído muchas veces en estas páginas, no puedes cumplir este pacto con tus propias fuerzas. Hay una buena razón por la cual Dios fue el que inició los pactos con su pueblo. Es el único que puede cumplir las exigencias de sus propias promesas. Es el único que puede perdonar a los que reciben su pacto cuando no cumplen con su parte del acuerdo; pero el Espíritu de Dios está dentro de ti por medio de tu fe en su Hijo y de la gracia que recibiste con la salvación. Esto significa que ahora sí puedes ejercer tu función de cumplir el pacto, sin importar lo que pueda surgir que desafíe tu fidelidad a él.

En especial, si tu cónyuge no quiere recibir tu amor en este momento, cumplir el pacto puede ser más desalentador cada día. Sin embargo, el matrimonio no es un contrato con cláusulas de  escape y términos de excepción. El matrimonio es un pacto hecho para quitar todas las vías de retirada o abandono. No hay nada en el mundo que pueda separar lo que Dios unió. Tu amor está fundamentado en un pacto. Cientos de años después de que el profeta Malaquías registró estas palabras, la gente aún se pregunta por qué a veces Dios retiene su bendición de los hogares y los matrimonios. "Y vosotros decís: "¿Por qué?" Porque el Señor ha sido testigo entre tú y la mujer de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es tu compañera y la mujer de tu pacto [...] Porque yo detesto el divorcio -dice el Señor, Dios de Israel- y al que cubre de iniquidad su vestidura -dice el Señor de los ejércitos-. Prestad atención, pues, a vuestro espíritu y no seáis desleales" (Malaquías 2:14,16). Todo matrimonio es llamado a ser una imagen terrenal del pacto celestial de Dios con la iglesia. Debe revelarle al mundo la gloria y la belleza del amor incondicional de Dios por nosotros. Jesús dijo: "Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor" (Juan 15:9 NVI). Deja que sus palabras te inspiren a ser un canal del amor de Dios para tu cónyuge. Ahora es el momento, para renovar tu pacto de amor con toda sinceridad y entrega. El amor es un tesoro demasiado santo como para intercambiarlo por otro, y un vínculo demasiado poderoso como para romper sin que haya consecuencias nefastas. Vuelve a concentrar tu amor en esta persona que el Señor te ha dado para apreciar, valorar y honrar. Tienen por delante una vida juntos. Atrévete a tomarla y no soltarla jamás. Acepta el desafío del amor.

El desafío de hoy

Escribe una renovación de tus votos y colócala en tu hogar. Quizá, si corresponde, podrías planear una renovación formal de tus votos matrimoniales ante un pastor, con la familia presente. Que sea una afirmación viva del valor del matrimonio a los ojos de Dios y del alto honor de ser uno con tu cónyuge. __Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy. ¿Qué te ha revelado Dios durante estos 40 días? ¿Cómo ha cambiado tu visión del matrimonio? ¿Cuán comprometido estás con Dios y con tu cónyuge? ¿A quiénes puedes contarles de este compromiso como testimonio? Para siempre se ha acordado de su pacto. (Salmo 105:8)

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 39: EL AMOR PERDURA

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 39: EL AMOR PERDURA

Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros. (2 Corintios 9:8)

De todas las cosas que el amor se atreve a hacer, esta es la mayor de todas. Aunque se ve amenazado, sigue adelante. Aunque se ve desafiado, sigue avanzando. Aunque lo maltratan y lo rechazan, se niega a darse por vencido. El amor nunca deja de ser. Muchas veces, cuando un matrimonio está en crisis, el cónyuge que intenta lograr que las cosas funcionen le dice al otro con toda claridad que sin importar lo que haya sucedido en el pasado, está comprometido con su matrimonio. Puedes estar seguro de que su amor perdurará. Lo promete. No obstante, como el otro cónyuge todavía no quiere escucharlo, mantiene su postura distante. Aun quiere separarse. No cree que este matrimonio dure mucho tiempo. Ya ni siquiera quiere que dure. El cónyuge que acaba de jugarse el corazón, tendiendo la mano en son de paz, no puede manejar el rechazo. Así que retira lo dicho. "Bueno. Si así lo quieres, así será". Sin embargo, si el amor es en verdad amor, no cambia de opinión cuando no lo reciben como quiere. Si al amor se le puede decir que deje de amar, en realidad no es amor. El amor que viene de Dios es interminable, imparable. Si el objeto de su afecto elije no recibirlo, no deja de dar. El amor nunca deja de ser. Nunca.

Así es el amor de Jesús. Sus discípulos eran verdaderamente impredecibles. Luego de su última comida de Pascuas juntos, cuando Jesús les dijo que todos lo abandonarían antes de que terminara la noche, Pedro declaró: "Aunque todos se aparten por causa de ti, yo nunca me apartaré [...] Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré" (Mateo 26:33,35). Los demás discípulos se hicieron eco de la misma promesa. Sin embargo, más tarde esa noche, el círculo íntimo de seguidores de Jesús (Pedro, Santiago y Juan) dormiría mientras Jesús agonizaba en el huerto. Camino a la crucifixión de Cristo, Pedro lo negaría tres veces en el patio; pero en ese preciso momento, la Biblia dice que Jesús "se volvió y miró a Pedro" (Lucas 22:61). Sus hombres le habían fallado (otra vez) horas después de sus promesas. Aun así, nunca dejó de amarlos, porque Él es "el mismo ayer y hoy y por los siglos" (Hebreos 13:8), y su amor también. Cuando hayas hecho todo lo que puedes para obedecer a Dios, tu cónyuge quizá te abandone y se vaya... así como los discípulos de Jesús hicieron con Él; pero si tu matrimonio fracasa, si tu cónyuge se va, que no sea porque te diste por vencido o dejaste de amarlo. El amor nunca deja de ser. De las nueve características del "fruto del Espíritu" que se enumeran en Gálatas 5, la primera de todas es el amor. Y como el inalterable Espíritu Santo es la fuente (el mismo Espíritu Santo que habita en el corazón de todos los creyentes), entonces el amor que Él crea en ti también es inalterable. Tiene su fundamento en la voluntad de Dios, en el llamado de Dios y en la Palabra de Dios: todas cosas inalterables. La Biblia las declara "irrevocables" (Romanos 11:29). "El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán" (Lucas 21:33). Hace tan solo unos días, recibiste el desafío de construir tu matrimonio sobre la Palabra de Dios; porque cuando todo lo demás fracasa, la verdad de Dios seguirá en pie. A lo largo del camino, también te atreviste a ser paciente, a ser generoso, a sacrificarte por las necesidades de tu cónyuge.
No se trata solo de ideas lindas, que existen en forma aislada. Cada característica del amor que se esboza en este libro está basada en el amor de Dios, el cual vemos contenido y expresado en la Palabra de Dios-, en la Palabra inalterable de Dios. Ningún desafío ni circunstancia pueden colocarle una fecha de vencimiento a Él ni a su amor. Por lo tanto, tu amor (hecho de la misma sustancia) tiene las mismas características inalterables. El amor nunca deja de ser. Así que el desafío de hoy es expresar tu amor inquebrantable con las palabras más poderosas y personales que puedas. Es tu oportunidad de declarar que sin importar las imperfecciones que existan (tanto en ti como en tu cónyuge) tu amor es aun más grande. Sin importar lo que tu cónyuge haya hecho o cuan a menudo lo haya hecho, decides amarlo de todas maneras. Aunque con el correr de los años no has sido para nada constante en tu manera de tratarlo, tus días de inconstancia en el amor han terminado. Acepta a esta persona como el regalo especial de Dios para ti y promete amarla hasta la muerte. Lo que le comunicas a tu cónyuge es: "Aun si no te gusta lo que ves, aun si no te gusto yo, elijo amarte de todas maneras. Para siempre". Porque el amor nunca deja de ser.

El desafío de hoy
Pasa tiempo orando solo. Luego, escríbele una carta de compromiso y decisión a tu cónyuge. Incluye la razón por la cual te comprometes con este matrimonio hasta la muerte, y exprésale que te has propuesto amarlo sin importar lo que suceda. Deja la carta en un lugar donde tu pareja la pueda encontrar. __Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy.

¿Qué dudas tenías al escribir esta carta? ¿Cómo esperas que tu cónyuge responda? ¿Cómo te ayudó Dios a escribirla y qué te enseñó sobre ti mismo este proceso? 

Él] se complace en la misericordia. (Miqueas 7:18)

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 38: EL AMOR CUMPLE SUEÑOS

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 38: EL AMOR CUMPLE SUEÑOS
 Pon tu delicia en el Señor, y Él te dará las peticiones de tu corazón. (Salmo 37:4)

¿Qué le gustaría de verdad a tu cónyuge? ¿Cuán a menudo te haces esa pregunta? El sentido común nos dice que no podemos darle a nuestro cónyuge todo lo que quiere. Nuestro presupuesto y nuestra cuenta bancaria nos dicen que es probable que no podamos costearlo. Aun si pudiéramos, tal vez no sería bueno para nosotros... ni para él. Quizá hayas dejado que el "no" se transforme en una respuesta demasiado rápida. Tal vez hayas permitido que esta opción negativa por defecto se vuelva demasiado racional, demasiado automática. ¿Qué sucedería si en lugar de desestimar la idea, hicieras todo lo posible por cumplirla? ¿Qué sucedería si lo que tu pareja dice que jamás harías por ella se transformara en lo próximo que hicieras? A veces, el amor debe ser extravagante. Necesita hacer lo imposible. A veces, necesita dejar de lado los detalles y bendecir sólo porque quiere hacerlo. ¿Acaso se parece demasiado a la forma de pensar de un adolescente? ¿Un amor así ya no está en el menú luego de tantos años de matrimonio? Después de todo, como quizá estén las cosas en tu matrimonio en este momento, ¿no sería poco genuino consentir a tu cónyuge si no lo haces de corazón? Lo bueno sería que sí lo hicieras de corazón. ¿Qué me dices de adoptar un nuevo nivel de amor que quiera cumplir todos los sueños y los deseos que pueda?
¿Acaso el amor de Dios no satisfizo necesidades de tu corazón que alguna vez parecían imposibles? Vivías con una carga tan grande de pecado y reproche que pensabas que nunca volverías a ganarte la gracia de Dios. Sin embargo, te miró con amor y dijo que no era necesario. Anhelaba que regresaras. Quería que te dieras cuenta de tu necesidad de Él, y que luego de arrepentirte y acudir a Él, te amaría y te perdonaría. "Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo" (Efesios 2:4-5). Pensaste que la vida se había terminado cuando cierto contratiempo te derribó. Te quebraste y clamaste a Él. Oraste como nunca antes lo habías hecho. Y aunque no fue fácil volver a levantarte y seguir caminando, de alguna manera sobreviviste. Él te recibió con su paz "que sobrepasa todo entendimiento" (Filipenses 4:7), tal como prometió, y te mantuvo de pie. Dios no eligió derramar su amor sobre ti cuando te comportabas como un ángel. No te ofreció su gracia porque la merecieras. "Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8). Él es tu modelo a seguir. Su amor está diseñado para que lo imites. Aunque no eras un candidato probable para recibir su amor, Él te lo dio de todas formas. Pagó el precio. No todo lo que tu cónyuge quiere es demasiado costoso. No todo lo que desea puede comprarse con dinero. Quizá, tu esposa anhele tu tiempo; tal vez, tu atención. Quizá desee que la trates como a una dama, saber que su esposo la considera su mayor tesoro. Tal vez anhele ver en tus ojos un amor que decida estar presente sin importar qué suceda.
Quizá, tu esposo anhele tu respeto; tal vez desee que lo reconozcas como la cabeza del hogar frente a tus hijos. Quizá anhele que le eches los brazos alrededor del cuello sin razón aparente, que lo sorprendas con un largo beso o una nota de amor cuando no haya un cumpleaños ni un aniversario para justificarlo. Tal vez desee saber que todavía piensas que es fuerte y atractivo, como antes. Los sueños y los deseos vienen en todas las formas y los tamaños; pero el amor se fija bien en cada uno.
 El amor te llama a escuchar lo que dice y espera tu cónyuge.
 El amor te llama a recordar las cosas que son únicas en tu relación, los placeres y deleites que hacen que el otro sonría.
 El amor te llama a dar cuando sería mucho más conveniente esperar.
 Y el amor te llama a soñar despierto con estas oportunidades, tan a menudo, que sus deseos se transformen en los tuyos también.

Te desafiamos a pensar cómo abrumar a tu cónyuge con amor; a sorprenderlo sobrepasando todas sus expectativas con tu amabilidad. Puede o no significar un sacrificio financiero, pero es necesario que refleje un corazón que está dispuesto a expresarse con extravagancia. ¿Qué le gustaría de verdad a tu cónyuge? Es hora de que comiences a vivir la respuesta a esa pregunta.

El desafío de hoy
Piensa qué le gustaría a tu cónyuge, si fuera posible. Ponlo en oración y comienza a trazar un plan para cumplir algunos de sus deseos (sino todos), hasta donde puedas. __Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy.
En el pasado, ¿qué sucedió para que no quieras cumplir los deseos de tu cónyuge? ¿Cómo cambiaría la relación si supiera que sus sueños son una prioridad para ti? ¿Qué deseos estás intentando cumplir?

El amor nunca deja de ser. (1 Corintios 13:8)

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 37: EL AMOR SE PONE DE ACUERDO EN ORACIÓN

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 37: EL AMOR SE PONE DE ACUERDO EN ORACIÓN




Si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre. (Mateo 18:19)

Si alguien te dijera que al cambiar una sola cosa en tu matrimonio podrías garantizar casi con toda seguridad una mejora significativa en la vida con tu cónyuge, al menos querrías saber de qué se trata. Y en el caso de muchas parejas piadosas, esa "única cosa" es la práctica diaria de la oración juntos. Para una persona que tiende a quitarle importancia a las cuestiones espirituales, esto parece bastante ridículo. Y si le dijeran que la oración en conjunto es un ingrediente clave para la longevidad matrimonial y que realza la intimidad sexual, pensaría que exageraron demasiado. Sin embargo, la unidad que crece entre un hombre y una mujer que oran juntos en forma regular, forma una conexión intensa y poderosa. Dentro del santuario del matrimonio, orar juntos puede hacer maravillas en todas las áreas de la relación. Cuando se unieron como esposo y esposa, Dios les dio un regalo de bodas: un compañero de oración para toda la vida. Cuando necesitas sabiduría para determinada decisión, tú y tu compañero de oración pueden buscar juntos a Dios para encontrar la respuesta. Cuando luchas con tus propios temores e inseguridades, tu compañero de oración puede tomarte de la mano e interceder por ti. Cuando no se llevan bien con tu cónyuge y no pueden superar una discusión o un escollo en particular, pueden tomarse un descanso, dejar las armas y entrar en oración de emergencia ' Esto debería transformarse en tu reflejo automático cuando no sabes qué más hacer.
Es difícil permanecer enojado con alguien con quien estás orando. Es difícil no retroceder cuando escuchas a tu cónyuge clamar a Dios humillado y rogarle misericordia en medio de la acalorada crisis entre ustedes. En oración, dos personas recuerdan que Dios las ha transformado en una. Y con la unidad que trae su presencia, la discordia se transforma en belleza. Orar por tu cónyuge hace que tu corazón se interese más por él. Sin embargo, lo más importante es que a Dios le agrada verlos humillarse y buscar su rostro juntos. Sus bendiciones se derraman sobre ustedes cuando se ponen de acuerdo en oración. La palabra que Jesús usó cuando habló sobre "ponerse de acuerdo" en oración lleva la idea de una sinfonía armónica-Dos notas separadas que se tocan una a la vez suenan distintas; son opuestas. Y si las tocas al mismo tiempo (de acuerdo), pueden crear una sensación agradable de armonía. Juntas, proporcionan un sonido más pleno y completo que si suenan en forma independiente. Ponerse de acuerdo en oración es así... aun en medio del desacuerdo. Vuelve a colocarlos a los dos en su verdadero centro. Les proporciona un área de consenso, cara a cara frente al Padre. Restaura la armonía en medio de la discusión. La iglesia (la cual, en las Escrituras, tiene una connotación matrimonial con Cristo) a veces puede ser un lugar en donde reine el conflicto. La discordia que suele generarse por distintas razones puede descarrilar a la iglesia de su misión y perturbar el libre flujo de adoración y unidad. A veces, los líderes piadosos se dan cuenta de lo que sucede, les ponen fin a las discusiones y llaman al pueblo de Dios a la oración. En lugar de c0ntinuar la discordia y permitir que haya más sentimientos heridos, buscan la unidad al volver sus corazones hacia Dios y pedirle ayuda. Lo mismo sucede en nuestros hogares cuando interviene la oración, aun en los momentos culminantes del desacuerdo. La oración detiene la hemorragia; acalla las voces fuertes; hace que te detengas y comprendas en la presencia de quién estás.
Sin embargo, la oración hace mucho más que detener peleas. Es un privilegio para disfrutarlo en forma constante, a diario. Cuando sepas que antes de ir a dormir te espera un tiempo de oración, cambiará la manera en que pasas la velada. Aunque sus oraciones juntos en general sean cortas y concisas, tu día podrá girar alrededor de esta cita permanente y hacer que Dios se mantenga en el medio de todo. Es cierto, comenzar un hábito como este puede parecer difícil e incómodo. Cualquier cosa de esta envergadura te abrumará con su peso y su responsabilidad cuando intentes ponerla en práctica; pero recuerda que Dios desea que estés con Él (en verdad, te invita) y te hará crecer a medida que lo tomes en serio y dejes atrás los momentos en los que no sabes qué decir. Recordarás este hilo en común que atravesó todo, desde los días comunes y corrientes hasta las decisiones importantes, y estarás sumamente agradecido por esta "única cosa" que cambió todo. Es un área en donde es fundamental que estés de acuerdo para ponerte de acuerdo.

El desafío de hoy
Pregúntale a tu cónyuge si pueden comenzar a orar juntos. Decidan cuál es el mejor momento para hacerlo, ya sea por la mañana, a la hora de almorzar o antes de irse a dormir. Usen este tiempo para confiarle al Señor las inquietudes, los desacuerdos y las necesidades. No olviden darle gracias por su provisión y sus bendiciones. Aun si tu cónyuge se niega a hacerlo, decide pasar este momento diario en oración a solas.
__Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy. ¿Qué puedes hacer para que tu cónyuge esté dispuesto a comenzar a orar contigo? Si se pusieron de acuerdo para orar, ¿cómo resultó? ¿Qué aprendieron de esta experiencia?
Para un enfoque más profundo sobre la oración eficaz, ver el Apéndice en la página 202

Mi oración llega ante ti por la mañana. (Salmo 88:13)

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 36: EL AMOR ES LA PALABRA DE DIOS

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 36: EL AMOR ES LA PALABRA DE DIOS 

Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino. (Salmo 119:105)

Para algunas personas, la Biblia es demasiado voluminosa y prominente como para comprenderla. La consideran un desafío imposible. No saben por dónde ni cómo comenzar. No obstante, como cristiano, no estás solo para intentar entender los temas principales y los significados profundos de la Biblia. El Espíritu Santo, quien vive ahora en tu corazón por medio de la salvación, es el que ilumina la verdad. "Porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios" (1 Corintios 2:10). Y gracias a esta lámpara interior, ahora puedes leer, absorber, comprender y vivir las Escrituras; pero en primer lugar, debes comprometerte a hacerlo. Crea el hábito. Si todavía no estás acostumbrado, es hora de comenzar a leer una porción de la Biblia todos los días. Lo ideal sería que la leyeran juntos como esposos... quizá por la mañana o antes de irse a dormir. Sé como el autor del Salmo 119 quien podía decir: "Con todo mi corazón te he buscado [...] En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti" (Salmo 119:10-11). Los que tienen un patrón constante de lectura de la Biblia pronto descubren que sus páginas son "deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal" (Salmo 19:10).
Busca la ayuda de otros. Tienes razón, la Biblia puede ser profunda y puede significar un verdadero desafío. Por eso es tan importante formar parte de una iglesia en donde la Palabra se enseñe y se predique con fidelidad. Al escuchar cómo se la explica en los sermones y las clases de estudio bíblico, obtendrás una visión más amplia y equilibrada de lo que Dios dice a través de su Palabra. Además, podrás unirte a otros que están en el mismo recorrido que tú, con el deseo de alimentarse con las verdades de las Escrituras. "Persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido" (2 Timoteo 3:14) Vívela. A diferencia de la mayoría de los demás libros, que están diseñados solo para ser leídos y digeridos, la Biblia es un libro vivo. Vive porque el Espíritu Santo todavía resuena entre sus palabras. Vive porque, a diferencia de los escritos antiguos de otras religiones, su autor sigue vivo. Y vive porque se transforma en parte de ti, de tu manera de pensar y de lo que haces. "Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores" (Santiago 1:22). Jesús habló sobre las personas que construyen su vida en la arena (en función de su propia lógica, de sus conjeturas más acertadas o del último razonamiento). Cuando las tormentas de la vida comienzan a venir (y siempre lo harán), el cimiento de arena ocasiona un completo desastre. Quizá estas casas se iluminen y luzcan bien durante un tiempo, pero son tragedias en potencia. Al final, se derrumbarán. Sin embargo, Jesús dijo: "Cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca" (Mateo 7:24-25). Cuando tu casa está fundada sobre la roca de la Palabra inalterable de Dios, está asegurada contra la destrucción. Esto se debe a que Dios tiene el plan perfecto para todo y ha revelado estos planes en su Palabra. Están allí mismo para cualquiera que los lea y los ponga en práctica.
Dios tiene un plan para tu manera de administrar el dinero; un plan para la manera de criar a tus hijos; un plan para tu manera de tratar el cuerpo; un plan para tu manera de pasar el tiempo; un plan para tu manera de manejar los conflictos. ¿Acaso tu Hacedor no sabrá exactamente lo que necesitas? Si esto de leer la Biblia en forma regular te resulta nuevo, te sorprenderá la rapidez con la cual comenzarás a pensar de otra manera y con la mirada puesta en la eternidad. Y si de verdad quieres establecer estrategias de vida basadas en la manera que tiene Dios de hacer las cosas, Él te guiará a conectar lo que lees con la manera de aplicarlo. Es un viaje esclarecedor con descubrimientos constantes. Cada aspecto de tu vida que sometas a los principios de Dios se fortalecerá y será más duradero con el tiempo; pero cualquier parte que no le entregues, al intentar hacerlo por tu cuenta, se debilitará y con el tiempo fracasará cuando te golpeen las tormentas de la vida. A decir verdad, quizá sea el área que acelere el desmoronamiento de tu hogar y tu matrimonio. Las parejas sabias construyen sus casas sobre la roca de la Palabra de Dios. Han visto lo que puede suceder con la arena. Saben qué significa no tener una base sólida y que los cimientos se venzan. Por eso debes decidir construir tu vida y tu matrimonio sobre la roca sólida de la Biblia. Luego, puedes planear un futuro más sólido, sin importar cuán recia sea la tormenta.

El desafío de hoy
Toma el compromiso de leer la biblia todos los días. Consigue un libro de meditaciones o algún otro recurso que te sirva como orientación. Si tu cónyuge está dispuesto, pregúntale si quiere comprometerse a leer la Biblia contigo a diario. Comienza a rendir cada área de tu vida a la guía de la palabra de Dios y a construir sobre la roca. __Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy. ¿Qué partes de tu vida tienen más necesidad del consejo de Dios? ¿En dónde crees que hay una mayor susceptibilidad al fracaso? ¿Qué le estás pidiendo a Dios que te muestre a través de su Palabra? Para familiarizarte con la Biblia, ver el Apéndice de la página 205

Todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió. (Romanos 15:4)

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 35: EL AMOR RINDE CUENTAS

DESAFÍO DEL AMOR DÍA 35: EL AMOR RINDE CUENTAS
Cuando falta el consejo fracasan los planes; cuando abunda el consejo prosperan. (Proverbios 15:22 NVI)
Los árboles gigantescos de secoya se elevan cientos de metros en el aire y resisten presiones ambientales intensas. Los rayos pueden golpearlos, pueden soplar vientos intensos y los incendios forestales pueden arder a su alrededor. Sin embargo la secoya resiste firme, y se fortalece durante las pruebas. Uno de los secretos de la fuerza de este árbol gigante es lo que sucede bajo la superficie. A diferencia de muchos árboles, se extiende hacia afuera y entrelaza sus raíces con las secoyas que lo rodean. Cada uno recibe poder y refuerzos con la fortaleza de los demás. El secreto de la secoya también es una clave para mantener un matrimonio fuerte y saludable. La pareja que enfrenta problemas sola tiene más probabilidades de derrumbarse en los momentos difíciles. Sin embargo, las que entrelazan sus vidas en una red de otros matrimonios fuertes, aumentan en forma radical sus posibilidades de sobrevivir a la tormenta más intensa. Es fundamental que los esposos busquen consejos piadosos, amistades saludables y mentores experimentados. Todos necesitamos el consejo sabio a lo largo de la vida. Las personas sabias lo buscan constantemente y lo reciben con alegría. Los necios nunca lo buscan y lo ignoran cuando se lo dan. Como explica claramente la Biblia: "Al necio le parece bien lo que emprende, pero el sabio atiende al consejo" (Proverbios 12:15).
Obtener el consejo sabio es como tener un mapa de carretera detallado y una guía personal mientras se realiza un viaje largo y desafiante. Puede significar la diferencia entre el éxito continuo o la destrucción de otro matrimonio. Es vital que invites a parejas fuertes a que te comuniquen la sabiduría que han obtenido a través de sus propios logros y fracasos. ¿Para qué gastar años de tu vida aprendiendo lecciones dolorosas cuando puedes descubrir esas mismas verdades en unas horas de consejo sabio? ¿Por qué no cruzar los puentes que otros han construido? La sabiduría es más valiosa que el oro. No recibirla es como dejar caer monedas invalorables de entre los dedos. Los buenos mentores del matrimonio te advienen antes de tomar una mala decisión. Te alientan cuando estás listo para darte por vencido. Y te animan cuando alcanzas nuevos niveles de intimidad en tu matrimonio. ¿Hay alguna pareja mayor o algún amigo del mismo sexo a quien puedas acudir para pedir buenos consejos, apoyo en oración y rendir cuentas en forma regular? ¿Hay alguien en tu vida que te trate con imparcialidad y franqueza? Tú y tu cónyuge necesitan contar con esta clase de amigos y mentores en forma constante. La Biblia dice: "Exhortaos los unos a los otros cada día [...] no sea que alguno de vosotros sea endurecido por el engaño del pecado" (Hebreos 3:13). Muchas veces, podemos aislarnos de los demás. Si no tenemos cuidado, podríamos alejar de nosotros a las personas que más nos aman. Debes protegerte contra los que te influencian para mal. Todos tienen una opinión y algunas personas te alentarán a actuar en forma egoísta, te alentarán a dejar a tu pareja para buscar tu propia felicidad. Ten cuidado y no escuches el consejo de aquellos que no tienen un buen matrimonio.
Si tu matrimonio pende de un hilo o ya se dirige hacia el divorcio debes detener todo y buscar el consejo sólido lo más rápido posible. Llama a un pastor, a un terapeuta que crea en la Biblia o a un consejero matrimonial hoy mismo. Por más que al principio sea incómodo abrirte con un extraño con respecto a tu vida, cada segundo que pase y cada sacrificio que hagas por tu matrimonio valdrán la pena. Aún si tienes una relación bastante estable, tienes la misma necesidad de mentores sinceros y francos: personas que renueven tus fuerzas para seguir adelante y te ayuden a mejorar aun más tu matrimonio. ¿Cómo eliges un buen mentor? Debes buscar una persona que tenga la clase de matrimonio que tú quieres; una persona que ponga a Cristo antes que a todas las demás cosas. Debes buscar alguien que no viva según sus propias opiniones sino según la Palabra inmutable de Dios. Y en la mayoría de los casos, se alegrará de que hayas pedido ayuda. Comienza a orar para que Dios envíe esta persona a tu vida. Luego, escoge un momento para encontrarte con ella y hablar. Si no te parece demasiado importante, sería una buena idea que te preguntaras por qué. ¿Tienes algo que esconder? ¿Tienes miedo de sentirte avergonzado? ¿Crees que tu matrimonio está exento de la necesidad de ayuda de afuera? ¿No te resulta atractivo zambullirte en un río de influencias positivas? No seas el capitán de otro divorcio titánico al ignorar las señales de advertencia que te rodean, cuando podrías haber recibido ayuda. Aquí tienes un recordatorio importante de las Escrituras: "Cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo" (Romanos 14:12). Es un compromiso que no podemos romper. Y aunque al final, todos somos responsables de la manera en que lo abordamos, podemos recibir toda la ayuda que los demás puedan dar. Quizá sea la influencia relacional que lleve a tu matrimonio a pasar de mediocre a maravilloso.

El desafío de hoy
Busca un mentor para tu matrimonio: un buen cristiano que sea sincero y amoroso contigo. Si te parece que es necesaria la terapia, da el primer paso y concierta una cita. Durante este proceso, pídele a Dios que dirija tus decisiones y te dé discernimiento. __Haz una marca aquí cuando hayas completado el desafío de hoy. ¿A quién elegiste? ¿Por qué escogiste esa persona? ¿Qué esperas aprender de ella?

En la abundancia de consejeros está la victoria. (Proverbios 11:14)

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