CLIC AQUÍ MAS RECURSOSDÍA 3: EL AMOR NO ES EGOÍSTA
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Vivimos en un mundo prendado de sí mismo. La cultura que nos rodea nos enseña a concentrarnos en nuestra apariencia, nuestros sentimientos y nuestros deseos personales como si fueran la prioridad fundamental. Parece que el objetivo es buscar el mayor nivel de felicidad que sea posible. Sin embargo, el peligro de este modo de pensar se hace dolorosamente evidente cuando se está dentro de una relación matrimonial. Si hay una palabra que signifique en esencia lo opuesto al amor, es egoísmo. Por desgracia, todas las personas lo traen arraigado desde el nacimiento. Puedes verlo en el comportamiento de los niños y, a menudo, en el maltrato entre adultos. El origen de casi todo acto pecaminoso que se haya cometido puede encontrarse en una motivación egoísta. Es un rasgo que detestamos en las demás personas pero que justificamos en nuestro caso. Sin embargo, no puedes señalar las muchas maneras en las que tu cónyuge es egoísta sin admitir que tú también podrías serlo. Sería hipócrita. ¿Por qué tenemos criterios tan bajos para nosotros y expectativas tan altas para nuestra pareja? La respuesta es cruda: todos somos egoístas.
Cuando un esposo pone sus
intereses, sus deseos y sus prioridades antes que su esposa, es una señal de
egoísmo. Cuando una esposa se queja sin parar del tiempo y la energía que gasta
para satisfacer las necesidades de su esposo, es una señal de egoísmo. Sin
embargo, el amor “no busca lo suyo” (1 Corintios 13:5). Las parejas amorosas
(las que disfrutan del propósito pleno del matrimonio) se empeñan en cuidar
bien al otro ser humano imperfecto con quien comparten la vida. Esto se debe a
que el verdadero amor busca maneras de decir “sí”. Un aspecto irónico del
egoísmo es que aún los actos de generosidad pueden ser egoístas si la
motivación es jactarse o recibir una recompensa. Si haces algo bueno para
manipular en forma deshonesta a tu esposo o a tu esposa, sigues siendo egoísta.
En pocas palabras, o tomas decisiones por amor a los demás o por amor a ti
mismo. El amor nunca se satisface si no es por el bien de los demás. No puedes
actuar con amor verdadero y con egoísmo al mismo tiempo. Elegir amar a tu
pareja hará que digas “no” a lo que quieres para poder decir “sí” a lo que el
otro necesita. Significa colocar la felicidad de tu pareja por encima de la
tuya. No quiere decir que nunca puedas experimentarla felicidad, pero no invalidas
la felicidad de tu cónyuge para poder gozar de ella. Además, el amor trae una
alegría interior. Cuando le das prioridad al bienestar de tu pareja, hay una
satisfacción que las acciones egoístas no pueden copiar. Es un beneficio que
Dios creó y lo reserva para quienes demuestran amor en forma genuina. La verdad
es que cuando renuncias a tus derechos por el bien de tu pareja, tienes la
oportunidad de pasar a un segundo lugar en pro del propósito supremo del
matrimonio. Nadie te conoce tan bien como tu cónyuge. Esto significa que nadie
reconocerá con mayor rapidez un cambio cuando en forma deliberada comiences a
sacrificar tus necesidades y deseos para asegurarte de que los de tu pareja se
satisfagan. Si te resulta difícil sacrificar tus propios deseos para beneficiar
a tu cónyuge, quizá tengas un problema más profundo con el egoísmo de lo que
quieres admitir. Hazte las siguientes preguntas: • ¿En verdad quiero lo mejor
para mi cónyuge?
• ¿Quiero
que sienta que lo amo? • ¿Creerá que quiero lo mejor para él? • ¿Me percibe
como alguien que primero busca su propio bienestar? Ya sea que te guste o no,
tienes una reputación a los ojos de las personas que te rodean, en especial, a
los ojos de tu cónyuge. ¿Es una reputación de amor? Recuerda, tu cónyuge
también tiene el desafío de amar a una persona egoísta. Así que decide ser el
primero en demostrarle el verdadero amor, con plena conciencia de lo que haces.
Y al final, los dos se sentirán más realizados. “Nada hagáis por egoísmo o por
vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro
como más importante que a sí mismo” (Filipenses 2:3).
El
desafío de hoy
Las cosas
a las que les dediques tu tiempo, tu energía y tu dinero cobrarán más
importancia para ti. Es difícil que te importe algo en lo que no inviertes.
Además de refrenarte de los comentarios negativos, cómprale algo a tu cónyuge
que le comunique: “hoy estuve pensando en ti”.
__Haz una marca
aquí cuando hayas completado el desafío de hoy. ¿Qué elegiste darle a tu
cónyuge? ¿Qué sucedió cuando se lo diste?
Porque donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y
toda cosa mala.
(Santiago 3:16)
Tomado del libro Desafio del amor
Después de un largo día en el trabajo, mi mamá puso un plato de salchichas y pan tostado muy quemado frente a mi papá. Recuerdo estar esperando ver si alguien lo notaba....Sin embargo, aunque mi padre lo notó, alcanzó un pan tostado, sonrió a mi madre y me preguntó cómo me había ido en la escuela.
ResponderEliminarNo recuerdo lo que le contesté, pero sí recuerdo verlo untándole mantequilla y mermelada al pan tostado y comérselo todo. Cuando me levanté de la mesa esa noche, recuerdo haber oído a mi madre pedir disculpas a mi padre por los panes tostados muy quemados.
Nunca voy a olvidar lo que dijo:
"Cariño no te preocupes, a veces me gustan los panes tostados bien quemados."
Más tarde esa noche fui a dar el beso de las buenas noches a mi padre y le pregunté si a él le gustaban los panes tostados bien quemados. Él me abrazó y me dijo estas reflexiones:
Tu mamá tuvo un día muy duro en el trabajo, está muy cansada y, además, un pan tostado un poco quemado no le hace daño a nadie.....
La vida está llena de cosas imperfectas y gente imperfecta; aprender a aceptar los defectos y decidir celebrar cada una de las diferencias de los demás, es una de las cosas más importantes para crear una relación sana y duradera.
Un pan tostado quemado no debe romper un corazón.
La comprensión y la tolerancia es la base de cualquier relación.
Sé más amable de lo que tú creas necesario, porque todas las personas, en este momento, están librando algún tipo de batalla.
Todos tenemos problemas y todos estamos aprendiendo a vivir y lo más probable es que no nos alcance la vida para aprender lo necesario.
El camino de la felicidad no es recto. Existen curvas llamadasEQUIVOCACIONES, existen semáforos llamados AMIGOS, luces de precaución llamada FAMILIA, y todo se logra si tienes:
Una llanta de repuesto llamada DECISIÓN, un potente motor llamado AMOR,un buen seguro llamado FE, abundante combustible llamado PACIENCIA, pero, sobre todo, un experto conductor llamado DIOS