DESAFÍO DEL AMOR DÍA 40: EL AMOR ES UN PACTO
Adonde tú vayas, iré yo, y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será
mi pueblo, y tu Dios mi Dios. (Rut 1:16)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKbyUeb1sY98fzDVkK9MqjmdoOPqRoMKXDNcymsGo26LcB7olqTRKbui-o-bBNO09Sulj6mkgSo-eV6QGt7gt7O-HI5_xxXjly9arjIV5NMTEIlG8hfz1M8lirnQzwdkymwLxgNH4K0WMX/s1600/hermosas-argollas-matrimoniales-chapa-oro-14k-envio-gratis_MLM-O-3214100668_102012.jpg)
En el
matrimonio, tu anillo de bodas representa los votos de tu pacto: no solo
compromisos que esperabas poder cumplir sino promesas premeditadas, dichas en
público con otras personas como testigos. Como has leído muchas veces en estas
páginas, no puedes cumplir este pacto con tus propias fuerzas. Hay una buena
razón por la cual Dios fue el que inició los pactos con su pueblo. Es el único
que puede cumplir las exigencias de sus propias promesas. Es el único que puede
perdonar a los que reciben su pacto cuando no cumplen con su parte del acuerdo;
pero el Espíritu de Dios está dentro de ti por medio de tu fe en su Hijo y de
la gracia que recibiste con la salvación. Esto significa que ahora sí puedes ejercer
tu función de cumplir el pacto, sin importar lo que pueda surgir que desafíe tu
fidelidad a él.
En
especial, si tu cónyuge no quiere recibir tu amor en este momento, cumplir el
pacto puede ser más desalentador cada día. Sin embargo, el matrimonio no es un
contrato con cláusulas de escape y
términos de excepción. El matrimonio es un pacto hecho para quitar todas las
vías de retirada o abandono. No hay nada en el mundo que pueda separar lo que
Dios unió. Tu amor está fundamentado en un pacto. Cientos de años después de
que el profeta Malaquías registró estas palabras, la gente aún se pregunta por
qué a veces Dios retiene su bendición de los hogares y los matrimonios. "Y
vosotros decís: "¿Por qué?" Porque el Señor ha sido testigo entre tú
y la mujer de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella
es tu compañera y la mujer de tu pacto [...] Porque yo detesto el divorcio
-dice el Señor, Dios de Israel- y al que cubre de iniquidad su vestidura -dice
el Señor de los ejércitos-. Prestad atención, pues, a vuestro espíritu y no
seáis desleales" (Malaquías 2:14,16). Todo matrimonio es llamado a ser una
imagen terrenal del pacto celestial de Dios con la iglesia. Debe revelarle al
mundo la gloria y la belleza del amor incondicional de Dios por nosotros. Jesús
dijo: "Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a
ustedes. Permanezcan en mi amor" (Juan 15:9 NVI). Deja que sus palabras te
inspiren a ser un canal del amor de Dios para tu cónyuge. Ahora es el momento,
para renovar tu pacto de amor con toda sinceridad y entrega. El amor es un tesoro
demasiado santo como para intercambiarlo por otro, y un vínculo demasiado
poderoso como para romper sin que haya consecuencias nefastas. Vuelve a
concentrar tu amor en esta persona que el Señor te ha dado para apreciar,
valorar y honrar. Tienen por delante una vida juntos. Atrévete a tomarla y no
soltarla jamás. Acepta el desafío del amor.
El desafío
de hoy
Escribe una renovación de tus votos y
colócala en tu hogar. Quizá, si corresponde, podrías planear una renovación
formal de tus votos matrimoniales ante un pastor, con la familia presente. Que
sea una afirmación viva del valor del matrimonio a los ojos de Dios y del alto
honor de ser uno con tu cónyuge. __Haz una marca aquí cuando
hayas completado el desafío de hoy. ¿Qué te ha revelado Dios durante estos 40
días? ¿Cómo ha cambiado tu visión del matrimonio? ¿Cuán comprometido estás con
Dios y con tu cónyuge? ¿A quiénes puedes contarles de este compromiso como
testimonio? Para siempre se ha acordado de su pacto. (Salmo 105:8)