Entendiendo la Voluntad de Dios.
“Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo.[a] 2No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta”. Romanos 12:1-2.
A. Para conocer la voluntad de Dios es necesario vivir bajo el total gobierno de Cristo. Y esto es hacer lo que Dios me dice (Juan 5:30).
B. La voluntad de Dios no es una decisión que haya que tomar sino una relación que hay que tener. Si estoy en comunión con Dios estoy en su voluntad, entonces tomo decisiones. Y si me equivoco tengo presente de que “todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios”. Dios se encargará de que mi decisión sea para bien porque estoy en comunión con Él.
C. Dios no es un Padre sobreprotector. Dios no te va a decir qué ropa comprar, o qué perfume usar, o a dónde ir de vacaciones. Dios no anula nuestra propia voluntad, pero en las decisiones importantes debemos buscar su dirección y estar atentos a su voz para ser guiados (Ro.8:14).
D. La voluntad de Dios es progresiva. Esto significa que Dios no nos revela todo su plan de una vez sino que avanza en la medida en que somos fieles con aquello que nos está mostrando.
F. Es necesario buscar el consejo a través de la Palabra y a través de los líderes y pastores si estamos confundidos.
G. Necesitamos examinar las intenciones del corazón. ¿Busco glorificar a Dios o voy detrás de mis propios deseos?
Cambiemos nuestra forma de pensar y renovemos nuestra mente de acuerdo al pensamiento de Dios en la Biblia.
¿Edifico Sobre Roca o Sobre Arena?
24 »Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida. 25 Aunque llueva a cántaros y suban las aguas de la inundación y los vientos golpeen contra esa casa, no se vendrá abajo porque está construida sobre un lecho de roca. 26 Sin embargo, el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona que construye su casa sobre la arena. 27 Cuando vengan las lluvias y lleguen las inundaciones y los vientos golpeen contra esa casa, se derrumbará con un gran estruendo». Mt.7:24-27.
Dos casas igualmente edificadas. Tienen problemas semejantes (vientos, lluvias y tempestades que las golpean). Una se cae, la otra permanece. ¿Por qué, si son tan parecidas?
Porque una se edificó sobre la roca: Hizo la voluntad de Dios. Oyó sus palabras y las hizo.
La otra se edificó sobre la arena: No hizo la voluntad de Dios. Oyó sus palabras, pero no las obedeció.
El problema, no es el problema. La crisis familiar, matrimonial o económica, por más que nos duela y que haya que solucionar, no es el problema. La enfermedad, la muerte o la pérdida de algo, por más que nos entristezca, no es el problema.
El problema es tratar de enfrentar estas cosas estando fuera de la voluntad de Dios, porque entonces no hay nada que nos sostenga.
Pero cuando estamos en relación con el Señor, en obediencia a su Palabra, en sujeción a su autoridad, cuando la fe está correctamente enfocada en el Señor y pensamos como el Señor piensa y hablamos como el Señor habla, entonces estamos en Su voluntad y tenemos un fundamento sólido para enfrentar cualquier problema o crisis.
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